Tokio.— La angustia regresó ayer al crucero Diamond Princess, varado desde el 3 de febrero en el puerto de Yokohama, donde se detectaron 40 casos más de contagios del nuevo coronavirus, incluyendo cuatro pacientes con síntomas graves.

El Ministerio nipón de Salud precisó que se trata de 39 pasajeros y uno de sus funcionarios encargados de la cuarentena en que se encuentra el barco desde el pasado día 3, lo que eleva el total de contagios vinculados al crucero a 175.

Los cuatro enfermos con síntomas graves, tres de los cuales son de nacionalidad japonesa, han sido ingresados en la unidad de cuidados intensivos, según dijo el ministro nipón de Salud, Katsunobu Kato, en rueda de prensa.

Hasta el momento se han realizado pruebas médicas del coronavirus a 492 de las personas a bordo del Diamond Princess —casi un tercio de ellas con resultado positivo—, de los aproximadamente 3 mil 600 pasajeros y tripulantes de este crucero.

El Diamond Princess, de la estadounidense Princess Cruise Lines y que partió de Yokohama (sur de Tokio) el 20 de enero y regresó el 3 de febrero tras parar en Hong Kong, Vietnam, Taiwán y los puertos nipones de Kagoshima y Okinawa, fue puesto en cuarentena al descubrirse que un pasajero que desembarcó en Hong Kong era portador del virus. Las autoridades niponas impidieron su desembarco y decretaron aislamiento en principio hasta el 19 de febrero.

Algunos pasajeros han expresado su preocupación, como Yardley Wong, quien ha contado en Twitter todo lo que está pasando. “Treinta y ocho más hoy. La ansiedad crece. No sé cuándo pueda ser mi turno, o el de mi familia”, tuiteó cuando en la zona ya es miércoles.

Tras reportar que su mamá sufría un derrame en el ojo, este miércoles señaló que ya está mejor. También contó que una amiga en el barco dio positivo al coronavirus y fue separada de su madre. “Le prometí llamar a su mamá para asegurarme de que está bien, ya que está sola en su cuarto”, dijo. Otros pasajeros, como Matthew Smith (@mjswhitebread), intentan tomar las cosas con calma. Él sube posteos sobre las comidas que les dan en el crucero y bromea diciendo que le costará dejar el barco al terminar la cuarentena.

Sarah Arana escribió para The Telegraph. Trabajadora social de California, dijo: “A veces... me pregunto qué pasaría si simplemente saliera corriendo del aislamiento de mi camarote claustrofóbico y gritara por el corredor: ‘¡Bájenme de este barco!’”.

También comentó lo que piensan muchos pasajeros. “Sentimos que nos ven como si fuéramos armas letales... Es como estar atrapados en una trama de mala ciencia ficción”. Agregó que “no sabemos qué está pasando afuera de nuestros camarotes... Es enfurecedor que no nos den información antes que a los medios... Esto está afectando nuestras vidas profundamente. La gente está perdiendo su trabajo, no pueden ir a casa con sus familias”, lamentó.

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