El coordinador del PRD en el Senado, Miguel Ángel Mancera Espinosa, advierte que la mayoría impone su agenda —con errores jurídicos y lagunas normativas— en los proyectos que le interesan al gobierno.

Es increíble, comenta, que se estén rechazando temas a costa de la eficacia de los cambios que llevan el sello de la Cuarta Transformación.

Por ejemplo, dice, el tema del catálogo de delitos graves es inaplicable por los jueces por falta de disposiciones secundarias que la mayoría se niega a procesar porque es propuesta de la minoría.

Mancera expone que hay dificultades incluso para que pasen puntos de acuerdo, y que cuando aprueban proposiciones sobre emergencias por desastres naturales las expiden un mes después.

Así funciona el Senado con una mayoría muy fuerte, afirma, y eso sólo en las reformas constitucionales en las que la minoría ha establecido un espacio de análisis y reflexión, y ha logrado la revisión, por ejemplo, con la Guardia Nacional.

Subraya que el bloque de contención está firme y que continuará en acción en la etapa de reformas a la Constitución en materia de derechos sociales y justicia.

¿Presenta algún problema la inclusión de programas sociales a la Constitución?

—Lo que propone el gobierno federal, nosotros lo hicimos en la Constitución de la Ciudad de México.

Ahí está: la pensión a los adultos mayores y las becas a estudiantes de nivel preparatoria.

Esto va a exigir más finanzas sólidas al país.

¿Y el paquete de justicia?

—Vamos a ver. Todas las iniciativas se van a tener que revisar con mucho cuidado. Tendrá que haber muchos acuerdos.

¿Cómo ve la posibilidad de construir consensos?

—Ricardo Monreal [Ávila] ha podido establecer una comunicación ágil con los coordinadores y las coordinadoras [de las bancadas].

Tiene la posibilidad de buscar consensos. Se han aliviado las heridas de los desencuentros tan fuertes que hubo en el tema de la CNDH. Ricardo tiene buenos oficios.

¿El bloque de contención ya tiene carta de naturalización?

—Sigue firme, y qué bueno. Es el último espacio donde se puede encontrar un tiempo de reflexión a cualquier iniciativa [presentada] y de análisis a detalle.

¿En el pleno hay raspones e incidencias que son contrarios a las negociaciones?

—El pleno a veces descompone los acuerdos. En los discursos a veces se pasa al insulto, a la ofensa, y ahí se puede descomponer lo acordado.

Algo así pasó con el asunto de la CNDH y en algún otro ejercicio de reforma constitucional.

Espero que en este periodo se dejen los discursos de insulto.

¿Cómo ve el trabajo que se realiza en comisiones?

—Es un ejercicio de mayorías. Hay leyes en las que les hemos dicho que no hay prisa, que debemos realizar bien el trabajo, [pero] deciden irse al pleno, donde nos van a ganar. Prefieren que los temas no se socialicen tanto en la comisión.

¿Ustedes han advertido defectos en proyectos?, ¿se corren riesgos al legislar así?

—El riesgo es muy alto. Un caso, por ejemplo, es el de no poner candados a la puerta giratoria [en la legislación penal], lo cual marcó la salida del sistema penitenciario de más de 40 mil personas a nivel nacional y más de 15 mil en la Ciudad de México.

¿Se pudo haber evitado con una supervisión del Legislativo?

—A mediados de 2016 se debió hacer una adecuación legislativa y poner candados. Hubo sentenciados que salieron y supimos a qué.

¿El Poder Legislativo debe controlar lo que legisla?

—Cuando tu norma no está adecuada a la realidad tienes que hacer [algunos] ajustes y, en este caso, son de carácter urgente.

¿Es necesario que haya un mecanismo de control y verificación de lo que se legisla?

—Hay puntos de acuerdo que se llegan a presentar, pero aquí el peso de las mayorías es muy fuerte, y puntos de acuerdo se vuelven letra muerta.

Sólo que haya consenso llegan a transitar. Aquí hemos tenido puntos para actuar en emergencias naturales después de un mes que se fueron a la nada.

¿Será irresponsabilidad del Poder Legislativo del Senado?

—Cada quien en nuestra órbita de responsabilidades necesitamos estar alzando la voz y dejar constancia de qué hizo en cada materia.

¿En qué casos en especial?

—Vienen las leyes de educación superior, de ciencia y tecnología, la de Cannabis, nosotros proponemos la regulación, no la despenalización, o que se permitan todos los usos de la plata. [Buscamos] que el Estado no pierda la capacidad de control.

Voy a seguir insistiendo en el fentanilo, [sobre lo cual] ya presentamos una iniciativa.

El reporte de la DEA 2019 dice que es la mayor amenaza y lo califica como epidemia. Es una droga superpoderosa, y nosotros no tenemos restricciones como en China y Estados Unidos.

¿Tenemos una Cámara de Senadores poco trabajadora?

—Vamos a plantearle a Ricardo Monreal que también nuestras iniciativas se aprueben.

Le dan más preferencia a los proyectos de la mayoría en un gran numero de casos.

Es increíble que no pase la modificación al articulo 167 del Código Nacional de Procedimientos Penales para que sea aplicable la reforma al catálogo de delitos graves.

La portación de arma de fuego es delito grave, y el juez dice: ‘El código no dice qué tipo de arma y como no me dicen cuál, no la aplico’.

¿Tenemos mayoría insensible?

—Los rebasa lo que el propio gobierno les pide para cooperar y a eso le dan prioridad.

¿Quién manda en el Senado?

—Se supone que todos tenemos que participar, pero lo de las mayorías es una realidad que no podemos ocultar. Podemos alzar la voz, y ya vimos que eso sí da resultado en algunos de los casos.

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