Durante 2020, México rebasó en más de diez veces el límite permisible de mortandad de en el Golfo de Ulloa, Baja California Sur , al alcanzar la cifra de mil 88 ejemplares, cuando sólo se permite la captura incidental de 90 individuos, durante las maniobras de pesca, en el periodo de mayor agregación (mayo-agosto).

En los últimos cuatro años, mil 977 tortugas han muerto en esta región del país, de acuerdo con reportes de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Sin embargo, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) y el Centro para la Diversidad Biológica alertaron que la cifra real de tortugas muertas es mucho mayor , ya que los datos de la Profepa y de la Conanp, corresponden sólo a los ejemplares varados en el Golfo de Ulloa e Isla Magdalena, que es parte de la Reserva de la Biósfera Islas del Pacífico, pero otros son llevados por las corrientes y no se registran.

Ambas organizaciones acusaron que el gobierno de México no asigna recursos suficientes para la protección de la tortuga caguama (Caretta Caretta), porque dejó sin presupuesto al plan de conservación de dicha especie desde el año 2016.

Ante esta situación, el CEMDA y el Centro para la Diversidad Biológica presentaron en diciembre pasado una petición bajo las nuevas reglas del T-MEC, ante la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA), para denunciar el incumplimiento de la legislación ambiental para la conservación de la especie.

No obstante, el gobierno mexicano respondió negando que las tortugas mueran debido a la pesca, señalaron en un comunicado.

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“Cuando se creía que era un tema superado, el gobierno de México vuelve a negar que las tortugas mueran en redes de pesca, negando evidencia científica” dijo Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica.

“Y peor aún ya que el gobierno dejó sin presupuesto al plan de conservación de tortuga caguama desde el 2016”, acusó.

El director de la región Noroeste del CEMDA, Mario Sánchez, calificó de alarmante que el número de tortugas caguama muertas en aguas mexicanas no disminuya, pese a que existen planes, programas y zonas para su protección.

“Esto deja claro que las acciones de conservación no son eficientes o no son aplicadas como debe ser. Las autoridades mexicanas deben atender este asunto antes de que el problema escale y se afecten a las comunidades pesqueras de esta región.”

De acuerdo con las organizaciones, la mortalidad en el Gofo de Ulloa de organismos marinos no es nueva, en 2019, además de las 331 tortugas caguama, se encontraron muertos 10 delfines, 15 lobos marinos, 131 tortugas prieta y 18 tortugas golfina y 6 ballenas; y en 2018, 459 tortugas caguama y 97 tortugas prieta.

Lo anterior se suma a los 137 lobos marinos muertos en la misma playa en 2020. Con esto se pone evidencia la crítica situación que enfrentan las especies marinas en esta zona, indicaron.

La tortuga caguama nace en Japón y viaja a las costas de Baja California Sur para alimentarse y reproducirse, es una especie que actualmente se encuentra en peligro de extinción, protegida por normas nacionales e internacionales.

Según la evidencia científica, la principal causa de mortandad de tortugas caguama es debido a la interacción con redes de pesca. A pesar de toda esta evidencia, pareciera que el gobierno mexicano no ha dado con la solución para esta gran mortandad que lleva más de 10 años.

kl

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