Organizaciones defensoras de periodistas y de derechos humanos acusaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al gobierno de México de estigmatizar y atacar a la prensa, con el fin de desviar la atención pública de temas apremiantes para la sociedad como lo son la violencia, la impunidad y la corrupción.

En audiencia pública virtual de la CIHD, el representante en México del Comité para la Protección de Periodistas, Jan Albert Hootsen presentó un video sobre cómo, a su parecer, servidores públicos, empezando por el presidente Andrés Manuel López Obrador “utilizan el estigma y la criminalización para silenciar, censurar y atacar a la disidencia, no importando si viene de la prensa, personas defensoras de derechos humanos o de las organizaciones de la sociedad civil”.

Ante ello, el vocero de la Presencia de la República , Jesús Ramírez Cuevas , respondió que aún existe la violencia y la presión sobre periodistas pero no provienen del gobierno federal ni del Ejecutivo.

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“Provienen de otros agentes, algunos sí públicos, pero también de poderes fácticos”, dijo durante su intervención.

Ramírez Cuevas aseguró que en los casi tres años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador “nunca se ha solicitado el despido de un solo periodista por su actividad profesional ni se ha censurado a ningún medio en sus contenidos”.

Y añadió: “Hay quienes disienten del papel que juegan las conferencias mañaneras en la vida nacional, equiparándolas a un estrado donde se condena determinado tipo de labor periodística o se ejerce la censura, no obstante no se aportan evidencias para ello, sino que frecuentemente terminan siendo los grandes intereses de los grandes consorcios de la comunicación los que están detrás de estos ataques”.

En su participación, el representante en México del Comité para la Protección de Periodistas, Jan Albert Hootsen recordó que la Relatoría Especial de la Libertad de Expresión en su informe 2019, expresó su preocupación por el diseño de una narrativa que estigmatiza a periodistas y medios de comunicación dirigida por altas autoridades públicas de manera intencional, en México.

“Contrario a la constante estigmatización contra la prensa, las autoridades han callado ante los 20 asesinatos contra periodistas y cuatro desapariciones en posible vínculo con labor ocurridos durante el actual sexenio.

Indicó que actualmente México ocupa el lugar 143 entre 180 países y el peor del continente americano para hacer periodismo.

“En esta clasificación se advierte que la normalización de estos discursos estigmatizantes debilitan la profesión y generan cada vez ataques más enérgicos y violentos, además en el último índice mundial de impunidad y casos de asesinatos de periodistas del Comité para la Protección de Periodistas, México ocupa el sexto lugar sólo por debajo de países en plena situación de guerra”.

El director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Gustavo Alanís Ortega, señaló que desde la presidencia de la República se expresan constantemente acusaciones de que la sociedad civil es “opositora, que se quedó callada mientras ocurrían violaciones a derechos humanos y que es conservadora”.

“Estas frases estigmatizadoras se denuncian en un contexto adverso para los defensores de derechos humanos, se han documentado entre 2019 y 2020 que 35 personas fueron asesinadas en posible vínculo con su labor”.

La Directora del Centro de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), Lucía Lagunes Huerta, afirmó que el discurso de servidores públicos mexicanos contra periodistas, medios y personas defensoras pone en duda la legitimidad de su trabajo y tiene impactos diferenciados en las mujeres periodistas.

Alertó que CIMAC ha registrado, en lo que va del actual gobierno, 558 agresiones contra mujeres periodistas, lo que representa un incremento de la violencia en 186% comparado como el mismo periodo del gobierno anterior.

“Donde encontramos actos de estigmatización, descrédito a la labor, campañas de desprestigio por parte de personas servidoras públicas de los tres niveles de gobierno, estos discursos se respaldan en mensajes que refuerzan estereotipos sexistas que utilizan un lenguaje misógino y violento”.

maot

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