El autobús que sale de Puebla tarda dos horas en llegar a una terminal ubicada en Ixtapaluca, en el Estado de México. De ahí, Diana Ramírez carga a su hijo de ocho años, sube a una combi y lo sienta en sus piernas; pide bajar en el Hospital Regional de Alta Especialidad, donde el niño recibe tratamiento oncológico.

La mujer supo que papás que llevan a sus hijos a otros hospitales viven una situación similar, por eso quiso sumarse y “hacer más bola” para exigir al secretario de Salud que envíen las medicinas a las unidades hospitalarias.

Ayer, Diana intentó llegar a Palacio Nacional a las 7 de la mañana, pero el tráfico se lo impidió, entonces se fue directo al Hospital Infantil con la esperanza de encontrarse de frente con Jorge Alcocer Varela, titular de la Secretaría de Salud, y pedirle “que vaya a Ixtapaluca y revise qué es lo que nos falta, que nos diga cuándo va a haber medicinas”.

Un automóvil color gris salió del estacionamiento del Federico Gómez. En su interior, Alcocer Varela, Gustavo Reyes Terán, coordinador de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, y Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, no dieron indicios de detenerse, por lo que Diana y otros padres de familia le cerraron el paso al vehículo.

“Solo queremos el medicamento para nuestros hijos, escúchenos, hable con nosotros”, gritó Diana.

Con dificultad se acercó a la ventanilla que resguardaba al secretario de Salud. En cuanto el vidrio bajó, apenas unos centímetros, se escuchó una invitación.

“Lo espero en el hospital de Ixtapaluca. Viva con nosotros el día a día con nuestros niños que dejaron de ir a la escuela para estar en un hospital. Dígame cuándo va, soy una mamá, le hablo por mí y mi hijo. Ya no quiero creer en lo que digan los medios, quiero creer en su palabra”, le dijo al funcionario.

La voz del secretario no se escuchó, pero Diana asegura que se comprometió a vigilar que los anaqueles del Regional de Ixtapaluca nunca vuelvan a estar vacíos.

Hace 15 días que su hijo recibió quimioterapia todavía no era tan grave la falta de vincristina, pero ahora confía en que la próxima semana su viaje de dos horas no sea en balde.

“Ojalá que los medicamentos lleguen al hospital, son muchos niños los que necesitan quimioterapia. De nada sirve que el medicamento esté en el país si no lo mandan a los hospitales. No queremos que estén en una bodega, nuestros hijos los necesitan en su cuerpo”, reclama.

Diana abraza a Adriana Osorio, mamá de una niña diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda que también recibe atención en Ixtapaluca, Estado de México.

Ambas confían en que el desabasto deje de ser una preocupación de todos los días.

“La falta de medicinas no es sólo con nuestros niños, es a nivel nacional, y parece que somos fantasmas, no es justo. Queremos que el Presidente cumpla lo que prometió en su campaña”, exigió.

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