Monterey , California .- El hombre declarado culpable del homicidio de la estudiante Kristin Smart , que desapareció de un plantel universitario en California hace más de un cuarto de siglo, fue sentenciado el viernes a 25 años de prisión.

La jueza Jennifer O’Keefe , de la corte superior del condado Monterey, rechazó las solicitudes de la defensa para que sobreseyera la declaración de culpabilidad de Paul Flores por homicidio premeditado, lo absolviera y ordenara un nuevo juicio.

La jueza dijo que Flores había sido “un cáncer para la sociedad” y que, además de su condena en prisión, debe quedar registrado de por vida como infractor sexual.

“Usted se merece pasar tras las rejas cada día que le quede”, declaró O’Keefe . Hizo notar que Flores había “vivido en libertad en la comunidad” durante más de dos décadas, y en su vida adulta había tenido una “conducta depredadora” hacia las mujeres.

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El cuerpo no ha sido encontrado

En 1996, Smart, que en ese entonces tenía 19 años, desapareció de la Universidad Politécnica Estatal de California en San Luis Obispo , ubicada en la escénica costa central del estado, durante el fin de semana del Día de los Caídos en Guerras.

Sus restos nunca han sido encontrados, pero fue declarada legalmente muerta en 2002.

Los fiscales sostuvieron que Flores, hoy de 46 años, mató a Smart durante un intento de violación el 25 de mayo de 1996 en el dormitorio de él en la universidad, donde ambos eran estudiantes de primer año. Flores fue la última persona en ser vista con Smart cuando la acompañaba a pie hasta su casa tras asistir a una fiesta fuera del campus.

Flores fue arrestado en 2021 junto con su padre, que fue acusado de ayudar a ocultar el cadáver de Smart.

El juicio se efectuó en Salinas, en el condado Monterey , a unos 177 kilómetros (110 millas) al norte de San Luis Obispo , después de que la defensa argumentó que la notoriedad del caso impedía que Flores y su padre fueran juzgados en forma imparcial en su propio condado.

Durante la sesión de sentencia, el fiscal Chris Peuvrelle le pidió a la juez que impusiera el castigo máximo, dijo que Flores era un “verdadero psicópata” y consideró que no debía ser excarcelado jamás.

Durante la audiencia, el padre, hermanos, amigos y parientes de Smart se refirieron a las repercusiones que la muerte de ella tuvo en la familia. Matthew Smart, hermano de la víctima, pidió que Flores pase el resto de sus días en prisión.

“Paul eligió tomar una vida, la de mi hermana Kristin, una vida hermosa”, dijo. “Y ahora debe pagar”.

El fiscal federal del condado San Luis Obispo, Dan Dow, dijo en un comunicado al término de la audiencia que finalmente se hizo justicia.

“Luego de casi 27 años de angustia indescriptible, la familia Smart finalmente ha visto que el asesino de su hija sea sentenciado”, manifestó en el texto. “La fuerza y la determinación de ellos nos sirven de inspiración a todos”.

Un jurado declaró culpable a Flores en octubre. Otro jurado absolvió a Ruben Flores , de 81 años, de ser un cómplice.

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