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París.— La violencia estalló el jueves por tercera noche consecutiva en varias partes de Francia por la muerte de un joven baleado por un policía para quien la justicia decretó prisión preventiva, mientras el agente se disculpó con la familia de la víctima.
A pesar del despliegue de 40 mil agentes, distintos puntos del país registraron nuevos disturbios en la noche del jueves y la policía había detenido ya a 176 personas antes de la medianoche, según un balance del entorno del ministro del Interior.
La policía reportó violencia dispersa, pero aparentemente limitada por la noche, con despliegues intensificados visibles en las calles. En la generalmente tranquila ciudad de Pau, en los Pirineos, en el suroeste de Francia, se arrojó un coctel molotov contra una oficina de policía.
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Los vehículos fueron incendiados en Toulouse y un tren de tranvía quemado en un suburbio de Lyon, indicaron las autoridades. La policía nacional no tenía una cifra actualizada de arrestos a nivel nacional, pero la policía de París dijo que sus oficiales realizaron 40 arrestos el jueves, algunos al margen de la marcha en gran parte pacífica para el joven. Los servicios de autobús y tranvía en el área de París cerraron antes del atardecer.
Marsella, la gran ciudad portuaria del sur de Francia, vio el comienzo de los disturbios el jueves por la noche, que se extendieron incluso a Bruselas, Bélgica, donde una docena de personas fueron detenidas.
La violencia estalló el martes en París y se extendió a otras partes de Francia después de la muerte en el barrio parisino de Nanterre de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente en un control vial que quedó registrado en video.
En un informe interno, los cuerpos de seguridad preveían “una generalización” de la violencia en las próximas noches, con “acciones dirigidas a las fuerzas del orden y los símbolos del estado”, dijo una fuente policial. “No culpo a la policía, culpo a una persona: la que quitó la vida a mi hijo”, dijo al canal France 5 Mounia, la madre de Nahel, en su primera entrevista desde los hechos. Según ella, el agente de 38 años, en prisión preventiva acusado de homicidio voluntario, “vio un rostro árabe, un pequeño chaval, y quiso arrebatarle la vida”. En la jornada, Mounia lideró una marcha de protesta en Nanterre.
En la noche previa se incendiaron comisarías, alcaldías, escuelas y autos en varias ciudades, con un balance de 180 detenidos y de 170 miembros de las fuerzas de seguridad heridos. El gobierno desplegó 40 mil policías y gendarmes en la noche del jueves y las ciudades de Clamart, en la región parisina, y Compiègne, a 70 kilómetros al norte de la capital, decretaron un toque de queda nocturno hasta el lunes.
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El desencadenante de las protestas fue la muerte de Nahel cuando se negó a obedecer las órdenes de dos agentes en un control de tránsito en Nanterre.
Un video publicado en redes sociales, que la AFP verificó, muestra a un agente que retiene a punta de pistola al conductor y le dispara a quemarropa cuando arranca. La fuga del joven, fichado por la policía por hechos similares y que todavía no tenía edad para conducir, terminó a unas decenas de metros, cuando el coche se estrelló contra un poste. Poco después falleció por el disparo en el tórax.
La justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario para el policía sospechoso de haber disparado, indicó la fiscalía, que consideró que el uso de su arma reglamentaria no estaba justificado legalmente.
La defensa del agente aseguró que éste pidió perdón a la familia y que estaba “extremadamente conmocionado” por la violencia del video difundidp. Laurent-Franck Liénard dijo que el oficial “está destrozado, no se levanta por la mañana para matar gente. No quiso matar”.
