Hong Kong.— Miles de manifestantes enmascarados salieron a las calles de Hong Kong ayer después que la jefa del Ejecutivo invocó poderes de emergencia rara vez utilizados para prohibir el uso de máscaras en las protestas. El gobierno endureció su posición luego de meses de marchas. Además, suspendieron los servicios ferroviarios a raíz de las concentraciones.

En desafío a la prohibición, que debe entrar en vigencia este sábado, las personas atestaron las calles del distrito de negocios y otras zonas al grito de: “¡Pueblo de Hong Kong, resiste!”.

La jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, dijo en conferencia de prensa que la prohibición apunta a los manifestantes violentos y “servirá de disuasión eficiente a la conducta extremista”. La prohibición rige para todas las concentraciones públicas, hayan sido autorizadas o no por la policía. Lam enfatizó que el Estado semiautónomo chino no se encuentra en estado de emergencia y que pedirá a la Legislatura que ratifique el decreto.

“Debemos salvar a Hong Kong, el Hong Kong actual y el Hong Kong futuro”, dijo. “Debemos detener la violencia... no podemos permitir que la situación siga agravándose”. Dos activistas impugnaron el decreto en una corte con el fundamento de que la prohibición provocará miedo y limitará las libertades de expresión y reunión.

El decreto castiga el cubrirse la cara total o parcialmente, incluso con pintura, en reuniones públicas con un año de cárcel. El desacato a la orden de un agente policial de descubrirse la cara con fines de identificación se podría castigar con seis meses de prisión.

“¿Arrestarán a 100 mil personas en la calle? El gobierno trata de intimidarnos, pero en este momento no creo que la gente se asuste”, reclamó un manifestante que se identificó como Lui.

Lam no descartó medidas más duras si continúa la violencia. Dijo que no renunciará como reclaman los manifestantes porque “renunciar no ayudará la situación” cuando Hong Kong se encuentra “en un estado muy crítico de peligro público”. Miles de manifestantes enmascarados empezaron a marchar por el distrito comercial antes de la conferencia de Lam. Por la noche crecieron las protestas y los manifestantes juraron que no se dejarán intimidar. Algunos quemaron una bandera china, cerraron calles con rejas metálicas, provocaron destrozos en dos estaciones del Metro y prendieron fogatas en las calles.

Decenas de manifestantes apilaron barreras de plástico, palés de madera y conos de tráfico para formar una barricada, constató la AFP. Los incidentes no tardaron en estallar y la policía utilizó gases lacrimógenos. La gente rompió pancartas con símbolos chinos.

En un distrito del norte del enclave, Yuen Long, un policía, disparó, según la versión oficial cuando la multitud lo rodeó y golpeó.

“Cayó al suelo y fue golpeado por un montón de gente. Ante esa situación de vida o muerte, el agente disparó una vez”, indicó el comunicado. Desde junio, muchos manifestantes empezaron a usar máscaras en las movilizaciones para evitar ser identificados y que se abran diligencias contra ellos. Algunos también llevan casco, gafas de protección o máscaras de gas para protegerse de los gases lacrimógenos y de los proyectiles lanzados por la policía.

“Los jóvenes arriesgan su vida, les da igual que los encarcelen por diez años, así que el hecho de llevar una máscara no les supondrá un problema”, declaró a la AFP un hombre de 34 años.

El martes, mientras que en China celebraban el 70 aniversario de la instauración del régimen comunista, Hong Kong fue escenario de enfrentamientos en numerosos barrios. Por primera vez, un manifestante fue herido de bala, disparada por un policía. El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, pidió la renuncia de la jefa del Ejecutivo Lam.

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