Buenos Aires.— Los sindicatos de Argentina hicieron ayer una primera demostración de fuerza contra el ajuste económico y las reformas que impulsa el gobierno del ultraliberal Javier Milei, con una huelga general y protestas que congregaron a decenas de miles de personas en todo el país.

El paro incluyó una movilización en la que también participaron organizaciones sociales y partidos políticos opositores al gobierno del economista de extrema derecha que se propone una reducción drástica del déficit fiscal, al que responsabiliza mayormente de la inflación de 211% anual.

La huelga fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y cuenta con la adhesión de otras centrales sindicales que rechazan un decreto presidencial con modificaciones a la legislación laboral que reducen beneficios para los sindicatos y trabajadores, así como un amplio proyecto de ley que incluye reformas en los ámbitos político, fiscal, jubilatorio y administrativo y una reducción del gasto público para equilibrar las cuentas fiscales.

El gobierno de Argentina consideró que la media jornada de huelga general en el país sudamericano es “un gran sinsentido, una complicación y una pérdida de dinero contra muchos argentinos”.

Durante el acto central de la protesta frente al Congreso, el sindicalista Pablo Moyano lanzó una dura advertencia contra el ministro de Economía, Luis Caputo: “Si sigue con estas medidas, los trabajadores lo van a llevar en andas al ministro, pero para tirarlo al Riachuelo”, el río que marca el límite sur de Buenos Aires. En la céntrica Avenida 9 de Julio, se vivieron algunas escenas de tensión cuando la policía buscaba liberar los carriles al tránsito aplicando un nuevo y polémico protocolo que regula las protestas. La cantidad de manifestantes desbordó los controles pese a que la Policía cortó el principal acceso sur a la capital.

La protesta se extendió a todas las capitales del país con manifestaciones que reunieron a miles de huelguistas en Corrientes, Rosario, Córdoba, Mendoza, Tucumán y Mar del Plata, entre otros puntos. También hubo actos convocados en Montevideo, Londres, Berlín, Ciudad de México y París, entre otras.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó a los organizadores de la protesta de “sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza”, y denostó a los “jueces cómplices y políticos corruptos, todos defendiendo sus privilegios” frente a las reformas que impulsa Milei, en una publicación en X (antes Twitter).

El secretario general de la CGT, Héctor Dáer, dijo que los sindicatos y organizaciones sociales seguirán luchando en Argentina hasta que caigan las iniciativas de Milei.

“La patria no se vende”, afirmó el líder de la principal central sindical del país, identificada con el peronismo, en un escenario frente al Congreso, en el que se convocaron miles de personas.

Varios integrantes de la coalición peronista Unión por la Patria (UP) y de la izquierdista Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad asistieron a las movilizaciones que tienen lugar en Buenos Aires y otras ciudades del país. Tanto Daer como otro secretario general de la CGT y representante de los camioneros, Pablo Moyano, criticaron también las iniciativas de Milei en el “megadecreto”.

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