Los gobiernos de México y Brasil expresaron este jueves su deseo de una salida pacífica a la crisis entre Estados Unidos y Venezuela.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo manifestó que todos los países del hemisferio deben oponerse a una intervención de EU en Venezuela y abogar por una solución pacífica a este conflicto.
“No estamos de acuerdo con intervenciones e injerencias, estamos a favor de la solución pacífica de los conflictos. Eso lo hacemos por convicción y por Constitución. Esa debería ser la posición de todos los países del hemisferio”, dijo en conferencia de prensa.

Sheinbaum señaló que esta siempre ha sido la posición de México y que “sería gravísimo” que la Presidenta de México estuviera de acuerdo con alguna intervención, porque, indicó, estaría incluso violando la Constitución. “Esa siempre va a ser nuestra posición, esa ha sido la posición de México desde hace mucho tiempo (…) Aquí hay muchos que nos critican por defender la Constitución: ‘¿Cómo la Presidenta de México está llamando a la no intervención?’. No, sería gravísimo que la Presidenta de México estuviera de acuerdo con alguna intervención, porque estará incluso violando la Constitución de la República”, dijo.
La Mandataria insistió en que “si hay un conflicto, hay todos los mecanismos establecidos por Naciones Unidas para que haya una solución pacífica a cualquier disputa. Y tienen que participar todas las partes”.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo estar “muy preocupado” por la crisis que envuelve a Venezuela. Aseguró que dijo a su par estadounidense, Donald Trump, en una conversación telefónica a principios de mes, que la situación “no se resuelve con disparos” y que es mejor “sentarse en la mesa para hallar una solución”. También conversó con el líder del régimen venezolano, Nicolás Maduro, y ofreció la ayuda de Brasil a ambos para “evitar un conflicto armado en América Latina”.
Lula indicó que podría volver a llamar al presidente estadounidense antes de Navidad y reforzar su planteamiento, para obtener “un acuerdo diplomático y no una guerra fratricida”. “Estoy a disposición tanto de Venezuela como de Estados Unidos para contribuir a una solución pacífica en nuestro continente”, manifestó el mandatario brasileño.
En paralelo, Rusia afirmó que se mantiene en “contacto constante” con su aliada Caracas y urgió moderación a Washington.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso dijo esperar que la Casa Blanca “no permita un error fatal y se abstenga de seguir avanzando a una situación que amenaza a todo el hemisferio occidental con consecuencias impredecibles”.
Esta semana, Trump aumentó aún más la apuesta con el bloqueo de buques sancionados que transporten petróleo desde y hacia el país sudamericano.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá el próximo martes por esta situación, a solicitud de Caracas que, apoyada por sus aliadas China y Rusia, pidió “discutir la agresión en curso de EU”.
El gobierno de Trump acusa a Maduro de liderar un cartel de tráfico de drogas y ha realizado un importante despliegue militar frente a la costa de Venezuela en el mar Caribe. Los ataques estadounidenses a barcos que supuestamente transportaban drogas en el Caribe y el Pacífico han dejado al menos 99 muertos. Trump defendió ayer que no necesita autorización del Congreso para atacar intereses del narcotráfico en Venezuela. “No me importaría contárselo [al Congreso], pero no es para tanto. No tengo por qué decírselo, ya está comprobado”, señaló. Trump ha reiterado que pronto empezará a atacar “objetivos terrestres” en el país caribeño.
Maduro sostiene que EU busca deponerlo y poner mano sobre las reservas petroleras venezolanas, de las mayores en el mundo.
Maduro volvió a llamar a los militares de Colombia a unirse al pueblo y Fuerza Armada venezolanos para defender la soberanía “como un solo ejército”. El presidente colombiano, Gustavo Petro, rechazó la posibilidad. “Maduro no tiene porque darle órdenes a los militares”, dijo a un periodista.