Teherán/Riad/Saná.— El jefe de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Irán, advirtió ayer, un día después del anuncio de nuevos refuerzos militares estadounidenses en la región del golfo Pérsico, que cualquier país que ataque a la República Islámica verá su territorio convertido en un “campo de batalla” y que habrá la “destrucción total de cualquier agresor”.

“Tengan cuidado, una agresión limitada no permanecerá así. Perseguiremos a cualquier agresor”, dijo el jefe de la Guardia, el general de división Hossein Salami, en declaraciones transmitidas por la televisión estatal. “Castigaremos y continuaremos hasta la destrucción total de cualquier agresor”, agregó.

“Quien quiera que su territorio se convierta en el principal campo de batalla, adelante”, dijo Salami durante una rueda de prensa en Teherán, una semana después de los ataques contra instalaciones petroleras sauditas reivindicados por los rebeldes hutíes, de Yemen; sin embargo, que Riad y Washington atribuyeron a Teherán.

“El presidente aprobó el despliegue de fuerzas estadounidenses, que van a ser de naturaleza defensiva”, anunció el secretario estadounidense de Defensa, Mark Esper, quien consideró que los ataques del 14 de septiembre representaron una “escalada drástica de agresiones iraníes”. Los ataques, que redujeron a la mitad la producción de petróleo saudita e hicieron que se disparara el precio del oro negro, atizaron el temor a un enfrentamiento militar entre Estados Unidos e Irán. En junio, la destrucción de un dron estadounidense por parte de Irán ya hizo temer una escalada.

La decisión de Trump motivó críticas en Washington de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, quien dijo que era el “más reciente indignante intento” de eludir al Congreso. “Estas acciones inaceptables son una causa de alarma”, dijo Pelosi en un comunicado en el que acusó a Trump de hacer “vista gorda” ante la violencia saudita contra yemeníes inocentes, los abusos contra los derechos humanos y el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

El ministro de Estado de Asuntos Exteriores saudita, Adel al Yubeir, se mostró conforme con el anuncio de la Casa Blanca de aumentar la dotación militar en el país árabe.

“Los últimos retos que confrontamos nos piden aumentar la cooperación de seguridad entre el reino y sus aliados y socios para garantizar que no haya ningún obstáculo para la economía internacional”, indicó Al Yuberi.

El diplomático cargó contra Teherán y afirmó que “el mundo debe tomar la responsabilidad de proteger la seguridad y la estabilidad de la región e impedir a Irán participar en actos hostiles”.

Al Yubeir reaccionó con frialdad al anuncio de los rebeldes de Yemen de que que no lanzarán nuevos ataques con drones y misiles contra el territorio saudita como un gesto de paz, aunque esperan una respuesta similar de Riad.

La ONU celebró la propuesta de rebeldes yemenitas de cesar ataques contra Arabia Saudita.

Yemen cayó en una guerra total tras el derrocamiento por la fuerza a manos de los rebeldes hutíes del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, quien sigue siendo reconocido por la comunidad internacional.

Amirali Hajizadeh, quien lidera la rama aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, dijo que “cualquier ataque contra Irán recibiría una respuesta aplastante”, informó la agencia oficial de noticias IRNA.

Hajizadeh habló en una exposición pública llamada Cazando Cuervos, donde eran exhibidos restos de drones que fueron derribados en Irán o se estrellaron en el país.

El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, en tanto, criticó las nuevas sanciones de Estados Unidos contra su Banco Central luego de los ataques en Arabia Saudita y dijo que eran un intento por negar al iraní común el acceso a alimentos y medicinas, agregando que la decisión es una señal de la desesperación de Washington.

Estados Unidos impuso el viernes más sanciones al Banco Central de Irán, que ya enfrentaba medidas punitivas de Washington, el Fondo Nacional de Desarrollo de Irán, el fondo soberano del país, y una compañía iraní que funcionarios estadounidenses dicen es utilizada para ocultar transferencias financieras para compras militares.

“Esta es una señal de la desesperación de Estados Unidos (...) cuando sancionan repetidamente a la misma institución, significa que ha fracasado su intento de poner de rodillas a la nación iraní bajo su máxima presión”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores Mohammed Javad Zarif.

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