Madrid.— La comunidad internacional afrontó este sábado su última oportunidad para evitar un fracaso en las negociaciones de la COP25 en Madrid, que asestaría un duro golpe a los esfuerzos contra la urgencia climática.

La presidenta chilena de la COP25, Carolina Schmidt, ministra chilena de Medio Ambiente, se dirigió a las partes en el plenario por primera vez en español desde que comenzó la cumbre el pasado día 2, porque quería hablar “desde el corazón”. Aunque reconoció que es difícil encontrar un consenso, aseguró que está “totalmente comprometida” con ello.

“Estamos enfrentando una dura crisis climática y tenemos que ser capaces de estar a la altura”, dijo Schmidt, quien reiteró su compromiso total “para conseguir una decisión ambiciosa” y se mostró convencida de que el resto de las partes también aspira a ello en esta cumbre, que debía haber concluido el viernes pasado.

Después de dos semanas de negociaciones y de repetidos llamamientos de la ciudadanía, liderada por la adolescente sueca Greta Thunberg, la comunidad internacional seguía examinando si está dispuesta a elevar la “ambición” en 2020, esto es, las metas de cada país de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

La ministra chilena indicó que como resultado de los trabajos del primer día de prórroga de la cumbre se desarrollaron cinco documentos que incluyen textos sobre género, adaptación y llamado sobre la urgencia y mejorar ambiciones de los compromisos nacionales de reducción de emisiones, y se revisó también el texto de los Mecanismos de Varsovia para hacer frente a la compensación de pérdidas y daños.

Los gobiernos “creen que el cambio climático sucederá en el futuro, que tenemos tiempo. Estamos aquí para recordarles que necesitamos actuar ahora”, dijo en la COP25 Alexandria Villaseñor, una militante estadounidense de 14 años. Los objetivos planteados en el Acuerdo de París de 2015 son insuficientes para limitar el calentamiento a +1.5 ºC, un umbral que según los científicos permitiría contener sus efectos devastadores. “Estamos muy contentos porque (...) tuvimos un apoyo rotundo para ir por más ambición, que es lo que esta presidencia ha solicitado”, afirmó el coordinador chileno Andrés Landerretche.

Aseguró que la pelota está ahora en el campo de los países participantes. Landerretche confió en alcanzar un acuerdo. El texto anterior había sido calificado ampliamente de “inaceptable”. “Es imposible marcharse de esta COP sin un mensaje fuerte sobre la ambición”, había reaccionado la ministra finlandesa de Medio Ambiente, Krista Mikkonen, en nombre de la Unión Europea (UE) que, junto con los países más vulnerables, puja por un compromiso firme contra el calentamiento. “Es de locos, no recoge las demandas de los jóvenes que salen a la calle en todo el mundo a manifestarse ni responde a la necesidad de las comunidades que son arrasadas por la subida del nivel del mar”, declaró Simon Stiell, del estado caribeño de Granada.

México, Argentina y Uruguay denunciaron que en el borrador se retiraran referencias a la importancia de tener en cuenta los derechos humanos y la protección de los pueblos indígenas en las acciones climáticas.

A la vez, las naciones en desarrollo multiplican sus pedidos a los países ricos para que cumplan su compromiso de ayudarles financieramente a mitigar y adaptarse al cambio climático.

Las ONG y los observadores también fustigaron la marcha de las negociaciones. “La presidencia chilena tiene una tarea: proteger la integridad del Acuerdo de París y no permitir que el cinismo y la avaricia lo entierren”, declaró la directora de Greenpeace International, Jennifer Morgan.

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