Washington.— El esperado libro de memorias de John Bolton, el exasesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, es una bomba de relojería que confirma las intuiciones sobre la ignorancia del presidente de Estados Unidos, su obsesión por la reelección por encima del interés del país y su aprecio y admiración por prácticas autocráticas casi dictatoriales.

El Departamento de Justicia presentó una orden de emergencia para bloquear la publicación, pero medios estadounidenses ya obtuvieron una copia del libro y el contenido es una ristra de ataques al mandatario estadounidense, al que acusa de incompetencia y negligencias.

Bolton hace un retrato de un Trump que se deja manipular y que no duda en dejarse en evidencia, como la vez que pidió al presidente chino, Xi Jinping, que le ayudara en su campaña de reelección con la compra de productos agrícolas, que dejarían contentos a agricultores en estados que considera importantes en su base electoral.

“Las conversaciones de Trump con Xi reflejaban no sólo la incoherencia de su política comercial, sino también la confluencia en la mente de Trump de sus intereses políticos y los intereses de EU”, ataca Bolton. “Me cuesta identificar cualquier decisión importante de Trump durante mi periodo que no haya sido impulsada por cálculos de reelección”, añade.

Hasta ahora, los libros más importantes sobre la presidencia de Trump los habían escrito periodistas; es la primera vez que alguien de un rango tan elevado y con tanto acceso al presidente tiene voz publicada. La Casa Blanca pelea porque no vea la luz, alegando que aparece información confidencial, algo que la editorial niega.

Según los periodistas que ya han leído el volumen de 592 páginas, el libro está lleno de actuaciones y decisiones de Trump iguales o peores que las que lo llevaron al juicio político a principios de año. Bolton se negó a testificar durante el proceso y prefirió guardarse todo para su libro. “Si los demócratas no se hubieran obsesionado con Ucrania en 2019, y hubieran tomado tiempo para preguntar por el comportamiento sistemático de Trump en toda su política exterior, el resultado del impeachment habría sido diferente”, se atreve a redactar.

Entre los episodios destacados figura un momento en el que Trump dijo que era “cool” invadir Venezuela porque es “realmente parte de Estados Unidos”; o una vez en la que deseó que los periodistas tuvieran la obligación de revelar sus fuentes: “Deberían ejecutarlos, son escoria”. También relacionado con China, el polémico exasesor en seguridad nacional asegura que Trump estuvo de acuerdo con Xi en la necesidad de construir campos de concentración para la minoría musulmana, que era lo que debía hacer. El presidente chino incluso jugó con la idea de reducir el número de elecciones en Estados Unidos y eliminar el límite de mandatos para que Trump pudiera quedarse en el poder más tiempo.

Bolton también relata episodios de ridículo del mandatario, como cuando no sabía que Reino Unido tiene armas nucleares, o que Finlandia es un país independiente y no parte de Rusia. En más de una ocasión, Bolton se ve obligado a acotar frases literales de Trump con la aclaración de que las palabras del presidente “son lo opuesto a la verdad”.

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