En su cuarta guerra con , Hamas disparó más de 4 mil cohetes con un alcance y una precisión nunca vistos hasta ahora. Sus disparos llegan incluso hasta Tel Aviv y, combinados con el uso de drones y un ataque submarino, muestran un arsenal que ha crecido a pesar del feroz bloqueo de Gaza que israelíes y egipcios ejercen desde hace 14 años.

“La magnitud de los bombardeos (de Hamas ) es mucho más grande y la precisión mucho mejor en este conflicto”, declaró Mkhaimar Abusada, profesor de ciencias políticas de la Universidad Al-azhar de la Ciudad de Gaza . “Es llamativo lo que han conseguido hacer en medio de este asedio”.

Israel

aduce que el bloqueo, que causa enormes penurias a los más de 2 millones de palestinos de Gaza , es vital para prevenir la acumulación de armas por parte de Hamas y que por ello no puede ser levantado.

Los misiles de Hamas 

El grupo islamista cuenta con armas suficientes para atacar a Israel ; desde el 10 de mayo, ha alcanzado cohetes a Israel e incluso a mandado “drones suicidas”.

Una muestra del armamento que usa son los siguientes cohetes y estos son sus alcances:

1.- Qassam; alcance 10 kilómetros.

2.- Quds 101; alcance 16 kilómetros.

3.- Grad/WS-1E/Sejil 55; alcance 55 kilómetros.

4.- M-75; alcance 75 kilómetros.

5.- Fajr&J-80 alcance 100 kilómetros.

6.- R-160; alcance 120 kilómetros.

7.- M-302; alcance 200 kilómetros.

Arsenal de Hamas, de bombas precarias a cohetes de largo alcance
Arsenal de Hamas, de bombas precarias a cohetes de largo alcance

De bombas precarias a cohetes de largo alcance

Vistazo a los recursos empleados por Hamas para conseguir semejante arsenal a pesar de tantas restricciones. Desde la creación de Hamas en 1987, el ala militar de esa organización —que opera junto a un aparato político más visible— ha evolucionado. Y lo que inicialmente fue una pequeña milicia pasó a ser lo que Israel describe como “un ejército semiorganizado”.

Al comienzo, lanzaba atentados mortales y secuestros de israelíes. Mató a cientos de israelíes en atentados suicidas durante la segunda intifada (alzamiento) palestino, que estalló a fines del 2000.

Al propagarse la violencia, la organización empezó a producir precarios cohetes “Qassam”. Propulsados en parte con azúcar, los cohetes tenían un alcance de unos pocos kilómetros y a veces caían dentro de la misma Gaza .

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Cuando Israel se retiró de Gaza en el 2005, Hamas estableció una línea de abastecimiento secreta con Irán y Siria, según los militares israelíes. Fue así que llegaron cantidades de cohetes de mayor alcance, poderosos explosivos, metales y maquinaria a través de la frontera sur de Gaza , con Egipto. Expertos afirman que los cohetes provenían de Sudán, eran transportados en camiones por el desierto egipcio e ingresaban a Gaza de contrabando a través de una red de túneles en la península del Sinaí.

En el 2007, cuando los combatientes de Hamas expulsaron a la Autoridad Palestina de Gaza y tomaron el control de esta franja costera, Israel y Egipto impusieron un férreo bloqueo.

Según los militares israelíes, el contrabando de equipo militar continuó y se intensificó cuando Mohammed Morsi, líder islámico y aliado de , fue elegido presidente de Egipto en el 2012. Posteriormente sería derrocado por el ejército egipcio.

Los combatientes de Gaza pudieron acumular cohetes de fabricación extranjera con mejor alcance, como los Katyushas y los Fajr-5 suministrados por Irán, que usaron en las guerras del 2008 y el 2012.

Industria nacional

Tras el derrocamiento de Morsi, Egipto clausuró cientos de túneles. En respuesta, la fabricación de armas tomó fuerza en Gaza .

“Se dice que los iraníes pusieron en marcha la producción de misiles en Gaza y les dieron apoyo técnico y de conocimientos, pero ahora los palestinos tienen una producción propia”, manifestó Fabian Hinz, analista independiente de temas de seguridad especializado en los misiles del Medio Oriente. “La mayoría de los cohetes que vemos hoy son de fabricación nacional, a menudo usando técnicas creativas”.

En un documental transmitido por la cadena noticiosa Al-Jazeera en septiembre, se muestran imágenes de militantes de que vuelven a ensamblar cohetes iraníes con alcances de hasta 80 kilómetros y ojivas que llevan hasta 175 kilos de explosivos. Los militantes de Hamas abrieron misiles israelíes que no habían explotado para extraer sus explosivos. También usaron viejas tuberías de agua para construir los proyectiles.

Los químicos e ingenieros de Hamas mezclan propulsores de fertilizantes, oxidantes y otros ingredientes en fábricas improvisadas. Se cree que hay componentes vitales que siguen llegando de contrabando, a través de un puñado de túneles que todavía funcionan.

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Hamas

ha elogiado públicamente a Irán por su cooperación, que según expertos hoy consiste en el suministro de planos, conocimientos, ensayos de motores y otros aspectos técnicos. El Departamento de Estado norteamericano dice que Irán aporta 100 millones de dólares anuales a grupos armados palestinos.

Arsenal a la vista 

Los militares israelíes calculan que, antes del actual conflicto, Hamas tenía un arsenal con 7 mil cohetes de distintos alcances, capaces de cubrir prácticamente todo Israel, así como 300 misiles antitanques y 100 misiles antiaéreos. Dispone asimismo de decenas de aparatos aéreos que no necesitan piloto y de un ejército de unos 30 mil efectivos, incluidos 400 marinos.

Hamas

ha usado equipo nuevo en el actual conflicto, incluidos drones de combate, drones submarinos y un cohete llamado “Ayyash” con un alcance de 250 kilómetros. Israel dice que estos sistemas nuevos fueron contenidos o no dieron en el blanco.

El ejército israelí asegura que ha reducido sustancialmente la capacidad militar de , pero no ha sido capaz de poner fin a los ataques con cohetes.

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A diferencia de los misiles guiados, los cohetes carecen de precisión y la gran mayoría fueron interceptados por los sistemas defensivos de Israel . Los ataques de Hamas, no obstante, se hacen sentir.

Hamas no busca la destrucción militar de Israel . El objetivo de los cohetes es ganar peso y cambiar las reglas del juego”, afirmó Hinz. “Es algo psicológico”.

agv