Washington.— El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se convirtió ayer en el vigésimo cuarto demócrata en entrar en la carrera presidencial para las elecciones de 2020. Lo hizo bajo la imagen de líder urbano progresista que lidera la mayor ciudad del país y con dos focos principales muy claros: la defensa de la clase obrera y la necesidad de frenar a Donald Trump.

“Soy neoyorquino. Sé que Trump es un abusador desde hace tiempo. Lo he derrotado antes y lo haré otra vez”, dijo De Blasio en su video de presentación, en el que hace hincapié en la necesidad de poner fin a la desigualdad.

Si llega a ser presidente, aseguró que irá contra los más ricos y las grandes corporaciones, y hará que el gobierno “sirva a la clase trabajadora”.

De Blasio, que está en la mitad de su segundo y último mandato como alcalde de Nueva York, defendió la educación gratuita a menores de 3 años, salud universal y propuesta de lucha contra el cambio climático, aunque la ciudad sufre graves crisis de personas sin hogar y de vivienda.

“Los trabajadores estadounidenses merecen algo mejor y sé que puedo hacerlo porque lo he hecho en la ciudad más grande y dura de este país”, argumentó en una de las primeras entrevistas como candidato.

De Blasio es el tercer alcalde que entra en la carrera presidencial demócrata, después de Pete Butiggieg (South Bend, Indiana) y Wayne Me- ssam (Miramar, Florida). A sus 58 años tiene pocas opciones de llegar a la presidencia, pero cuenta a su favor que, en las anteriores ocasiones que se ha presentado a cargos públicos, nunca fue el favorito y ganó.

Si bien hace tiempo se especulaba con su entrada oficial a la carrera presidencial, no era del todo segura. Varios de sus asesores intentaron disuadirlo de presentarse al creer que tendrá poca atracción entre los votantes.

Además, a pesar de no ser impopular en la ciudad —ganó la reelección sin grandes apuros—, su figura es constantemente criticada y atacada, especialmente en los tabloides neoyorquinos. Sin ir más lejos, la portada de The New York Post era un grupo de gente riéndose y tomando palomitas ante el anuncio presidencial. Mike Bloomberg, un exalcalde más popular que él, descartó presentarse hace unos meses.

Trump lo recibió como se esperaba: con insultos a través de un tuit. “Otra belleza se ha unido al grupo de demócratas”, escribió. Calificó a De Blasio como “el peor alcalde de Estados Unidos” y una “broma” que sólo quiere subir impuestos y no hacer nada contra el crimen. “Nueva York lo odia”, aseguró el mandatario.

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