Joquicingo, Méx.— Las víctimas del accidente en Joquicingo venían de Sahuayo, Michoacán, rumbo al Santuario del Señor de Chalma en Ocuilan y planeaban visitar la Basílica de Guadalupe, afirmó el párroco del templo de la Asunción de María de Joquicingo, José Antonio Villavicencio Viloria, quien auxilió a los peregrinos.

“Este el tercer accidente en poco tiempo, no es un lugar para el paso de vehículos pesados que vienen en malas condiciones”, dijeron el sacerdote y pobladores, quienes pidieron a las autoridades poner un arco para impedir el paso de camiones.

El autobús siniestrado salió de Sahuayo la noche del jueves y luego de recorrer 470 kilómetros, el conductor optó por salir de la carretera Joquicingo-Malinalco para cortar paso. Al descender por una empinada calle perdió el control y se estrelló contra una vivienda.

El impacto del autobús en la marquesina que derribó fue comprimiendo los asientos donde viajaban los peregrinos, dejando un saldo de 21 personas muertas y 30 lesionados.

“Vine a hacer una oración para pedir por el eterno descanso de los que murieron y hacer la aspersión de agua bendita sobre el lugar del accidente a petición de vecinos”, dijo el párroco.

“¡Nosotros estábamos adentro!”, afirmó Marcos Michua, de 80 años, quien junto con sus hijas señalaron que les “desmadraron” su casa ubicada en el número 15 de la calle Independencia, donde había una estética que quedó destruida.

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