La Unión Industrial del Estado de México (Unidem) consideró que las nuevas medidas para la apertura parcial de negocios “tomadas de manera descoordinada entre autoridades capitalinas y mexiquenses”, podría maximizar los contagios de Covid-19 porque provocará mayor movilidad de una entidad a otra.

“El que las plazas comerciales abran en el Estado de México y cierren en la CDMX, implicará que haya movilidad de las delegaciones capitalinas hacia los municipios mexiquenses; el que los restaurantes de la entidad mexiquense cierren los fines de semana y los capitalinos no, tendrá el efecto inverso”, advirtió el director de la Unidem, Francisco Cuevas Dobarganes.

Para el dirigente industrial, el que las dos demarcaciones actúen sin coordinación, sólo maximiza los contagios al presentarse más movilidad y concentración de personas en lo pocos negocios abiertos y en contraparte, afecta la actividad económica en la entidad que tiene cierres, tendrá altos costos en la salud y la economía, y mínimos beneficios tangibles.

Cuevas Dobarganes reconoció que los anuncios del gobierno del Estado de México para iniciar una reapertura parcial de negocios y plazas comerciales, buscan darle un respiro a determinadas actividades comerciales que ya se encuentran en estado financiero crítico.

“Las autoridades tienen una posición muy complicada, en la que deben de mediar entre privilegiar la salud o la economía. Es tanto el tiempo que lleva esta pandemia y tan deficiente la manera en que manejó el problema en el país, que ahora tenemos un máximo nivel de contagios con una afectación económica sin precedentes”, dijo el líder empresarial.

“El que se permita abrir de manera restringida a algunas actividades formales, ayudará a dar un respiro y disminuir el riesgo de que cierren definitivamente. Entre la mayoría de la sociedad, se tiene la percepción que las empresas formales tienen recursos y capacidad de financiamiento ilimitados, pero la realidad es que ya tienen pasivos laborales, con arrendadores, con proveedores, fiscales y bancarios que comprometen su viabilidad”, opinó.

“Tarde o temprano esa situación terminaría por quebrar a una gran cantidad de empresas, instituciones y familias, ya que se romperían las cadenas de proveeduría y hasta se terminaría por afectar sensiblemente la recaudación; posteriormente algunos sectores industriales también saldrían muy afectados, como el textil, mueblero, zapatero, de electrónica, línea blanca, entre otros”, mencionó.

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Con la apertura parcial, las plazas comerciales que cerraron desde el 18 de diciembre, ahora tendrán la oportunidad de promover ventas, que les permitirán que algunos que sus inquilinos desplacen inventarios, lo que les dará cierto grado de liquidez con el que podrán, al menos, pagar sus compromisos laborales, explicó.

“La situación para muchos comercios asentados en plazas comerciales es crítica, ya que en el caso de los que venden ropa, sus existencias actuales están enfocadas a la temporada invernal y al menos les darán una oportunidad de que desplacen esa mercancía y les evite guardarla todo un año, y al mismo tiempo, les genere solvencia para reponer inventarios para la temporada de primavera-verano”, señaló.

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