“Yo todos los días vengo, tengo la oportunidad de vivir cerca de aquí y hoy entré, me confesé y le pedí a Dios, junto con su madrecita santa, que nos ayude en mi camino para llegar a mi destino, (...) le pedí amor, sólo eso. Lo único que nos hace falta en este mundo es amor”, externó Manuel Alejandro Aguilar, migrante venezolano que acompañó a miles de peregrinos para visitar a la Virgen de Guadalupe en el templo mariano.

A horas de que miles le cantarán las mañanitas, él junto con otros migrantes compraron productos religiosos para venderlos en los alrededores de la Basílica de Guadalupe.

“Soy de Maracaibo, pero crecí en Caracas 10 años y de allí partí afuera de mi país, (...) este viaje ha sido toda una experiencia regeneradora, pero también desgastante, cosas que sólo los viajeros hemos vivido”, dijo.

Manuel, licenciado en periodismo, con una carrera gastronómica universitaria y estudios en derecho en Venezuela, tuvo que abandonar su país en búsqueda de mejores oportunidades en el extranjero e indicó que su recibimiento en la Ciudad de México ha sido bueno tanto para él como para sus compatriotas, pese a haber sufrido dificultades y peligros a lo largo de su viaje.

Así como Manuel, varios grupos de migrantes de Venezuela, Honduras, Haití, Nicaragua o Cuba han encontrado una oportunidad de sustentar su estancia en México y juntar dinero para su viaje hacia Estados Unidos vendiendo productos como imágenes, estatuas, colgantes y dijes de la Virgen de Guadalupe.

“La selva de Panamá es lo peor, hay mucho paisano que queda muerto y no todos continúan. Hay muchas cosas que te pueden arrebatar la vida y gracias a Dios yo pude llegar hasta acá con bien, (...) estoy vendiendo para ganarme un peso honestamente, pero claro que también pasé a ver a la Virgen y le pedí que ayude a mi madre y a todos mis paisanos que han pasado lo que yo”, externó Jackson Valesilla.

El también migrante venezolano ha buscado oportunidades en México antes de llegar a Estados Unidos y aprovechó la oportunidad para pedir a la Virgen por el futuro de su familia, de su país y el propio.

También se han acercado a la morenita del Tepeyac para pedir por sus familiares y amigos que han dejado atrás y obtener la bendición de la madre de Cristo para su viaje hacia la frontera norte del país.

Héctor Manuel Mejía Santos, migrante salvadoreño del departamento de Aguachapán, quien lleva 18 días en el país, llegó a la Basílica a pedir apoyo económico de los presentes y orar ante la virgen por su familia y que pueda continuar su viaje.

“Me vine con la intención de ir a Estados Unidos para poder ayudar a mi familia, (...) yo sé que Dios y la virgencita me van a apoyar para llegar a mi destino. Quiero luchar para salir adelante y a la virgen le voy a pedir que nos dé vida y salud y que me dé la oportunidad de sacar adelante a mi familia allá en mi país”.

“Vengo a dar las gracias”

“Yo vengo a dar gracias porque me ayudó a dejar los vicios, por mí y por mi familia”, afirmó Jose Ángel Clemente, uno de los miles de peregrinos que han llegado a la Basílica de Guadalupe a pedir y agradecer a la Virgen de Guadalupe.

“Le pedí que me ayudara a dejar los vicios y gracias y a ella lo conseguí, pero me costó mucho, mucho tiempo, trabajo y mucha fe”, explicó José Ángel, quien, acompañado de su esposa, tres hijos y su ahijado, llegó al atrio con una imagen de la virgen en la espalda en señal de agradecimiento.

Para José Ángel, la fuerza y la fe que la Virgen María le otorgó para dejar las drogas le ha dado la oportunidad de recuperar a su familia y su salud. “Estoy muy feliz y con mucha alegría y fe de seguir adelante y de no volver a cometer los mismos errores, se lo debo a ella y a mis hijos”, externó.

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