José recorre el trayecto final hacia la arrodillado, con sus manos sostiene un cuadro de la Virgen con adornos plateados y en la parte inferior destaca una fotografía familiar, espera pronto estar frente a la imagen de la “ morenita ” y dar gracias porque nadie en su familia ha enfermado de y porque después de un año encontró trabajo.

“Ya casi llego, es emocionante porque uno viene con todas las ganas de festejar a nuestra Lupita , pero también para darle las gracias porque no nos abandona ni en pandemia , a mi familia no les dio Covid, si nos dio no tuvimos síntomas y eso es de agradecer, además yo tengo que darle las gracias porque me tardé un año en encontrar trabajo, ella me ayudó”, dice.

El joven cuenta que caminó desde Chalco, y su promesa fue hincarse y avanzar así desde la calzada de Guadalupe hasta la imagen de la virgen, y afirma que su fe es tan grande que no siente cansancio ni hambre.

“En mi familia todos somos creyentes de la virgencita, pero solo yo vengo caminando, me dicen que si no es muy cansado y sí, los pies duelen, ya después de que entras y ves a la virgencita viene el desguanse, pero cuando uno viene con fe, ni se siente, tampoco acostumbro comer mucho porque luego ir al baño te retrasa, se agradece a toda la gente que regala comida, pero mira, la verdad es que vengo tan metido en que ya quiero llegar que ni hambre me da, la fe es muy poderosa ”, señala.

Dos horas antes de que se entonen las mañanitas a la virgen de Guadalupe, el ambiente festivo se mantiene en los alrededores de la Basílica, entre altavoces que recuerdan a los peregrinos que deben portar cubrebocas y mantener sana distancia, los fieles no dejan de avanzar sobre calzada de Guadalupe con la esperanza de ingresar al templo y observar la imagen de la Guadalupana.

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