Una canción de Crí Crí rompe el silencio en los edificios de alrededor de la Plaza de las Tres Culturas en la unidad habitacional Tlatelolco . La melodía anuncia la llegada de Percibald García , un arquitecto que narra cuentos a los niños que por causa del confinamiento del Covid-19 no pueden salir de sus casas.

A lado de su madre, armado sólo con una bocina, un letrero y un libro, Percibald García narra los cuentos que a él de niño le contaban. Conforme avanza en su relato en las ventanas de los edificios se alcanzan a ver algunos niños, que sonrientes saludan con familiaridad al cuentacuentos .

En entrevista con EL UNIVERSAL, Percibald García nos dice cómo nació el proyecto, "todo comenzó en una salida con mi madre, ahí escuchamos a un niño gritar "estoy aburrido", fue cuando surgió la idea de recorrer algunos de los edificios de Tlatelolco contando cuentos para los niños durante el confinamiento".

Y añade, “nos olvidamos que los niños tienen una manera de ver, sentir y pensar el mundo. Regularmente no se abren espacios para que ellos se puedan expresar, esto ocurre día a día y ahora en la contingencia es mayor”.

Con esa idea, un día, Percibald García y Rosalba, su madre, decidieron tomar una bocina, un libro de cuentos, hacer un letrero con la leyenda “De la casa a la plaza" y recorrer los pasajes de Tlatelolco para hacer menos pesada la estancia de los niños en esta contingencia.

Había una vez, en Tlatelolco, un cuentacuentos que iba de edificio en edificio
Había una vez, en Tlatelolco, un cuentacuentos que iba de edificio en edificio

“No fue fácil, al principio estábamos muy nerviosos, no sabíamos como lo iban a tomar los vecinos, incluso, en algunos edificios nadie se asomó en las ventanas, no sé, tal vez pensaron que les cobraríamos”, narra Rosalba.

Otro de los motivos que impulsó a Percibald García era retomar los espacios públicos, "el proyecto, también, surgió con una gran preocupación por la manera tan agresiva en la que el mundo se está digitalizando, en dos o tres meses el mundo se digitalizó. Nos olvidamos de lo importante que es apropiarse de los espacios públicos y habitarlos, estar en ellos".

De ahí que el proyecto tenga el nombre: "De la casa a la plaza", "el proyecto lleva ese nombre porque es una invitación que de manera simbólica ocupemos la plaza, yo ocupo el lugar físicamente, pero al final la imaginación y la atención de los vecinos está ahí, es una forma de decir que hagamos comunidad".

Esa comunidad a la que refiere el cuentacuentos se ve reflejada con algunos regalos que los niños les hacen llegar de vez en cuando a él y a su madre como fruta, agua o cartas.

Para Mario Cruz, habitante de Tlatelolco desde hace veinte años, realizar esta actividad cultural es muy benéfica para los niños, " les hace muy bien, es algo diferente, rompe con la monotonía y los aleja un poco del celular, los hace conocer cosas diferentes y eso es muy bueno para las pequeños".

Percibald García menciona que tomo la narrativa como medio para ayudar en esta pandemia por sus raíces en Tlatelolco.

"Mi madre y mi abuela son originarias de este lugar, son "tlatelolcas". Ellas vivieron muchos sucesos históricos como el movimiento estudiantil del 68 y el terremoto del 85 . Esto me da una raíz, me hace heredero de mucha cultura e historia. Por eso quiero que los niños que crecen aquí puedan tener esa herencia a través de las narraciones", recalca este moderno cuentacuentos.

maf

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