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Toluca, Méx.— Adolescentes a partir de los 14 años y hasta adultos de 45 años comenzaron a consumir cristal o piedra como drogas de inicio sin probar alcohol o tabaco primero, informó Cruz Cielo Piña, sicóloga especializada en aficiones del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en Toluca.

Explicó que contrario a lo que ocurría años atrás, entre la población que acude al centro a solicitar tratamiento detectaron que no necesariamente inician con cigarros, alcohol y marihuana, sino consumen sustancias químicas que generan severos daños a la salud de forma inmediata.

Rechazó que la razón del cambio sea el costo de dichas drogas, porque el cristal no es más barato que la marihuana y el efecto no es prolongado, pero la necesidad de consumirlo es elevada porque causa una euforia frenética, lo que obliga a las personas a buscar la forma de obtenerla.

La especialista señaló que al año atienden a un promedio de 800 personas en el CIJ de Toluca, entre las cuales el menor porcentaje son jóvenes que consumen sólo tabaco o alcohol, mientras que muchos de los pacientes que requieren tratamiento para atender la adicción a sustancias químicas, conocidas como drogas duras, son acompañados por sus padres.

“La institución a nivel nacional anteriormente tenía como base según las estadísticas y los estudios realizados, que el alcohol y el tabaco eran drogas de inicio, pero hemos identificado —según mi experiencia— que directamente llegan con otras dependencias, pero depende de la zona de habitación”, puntualizó.

Cielo Piña precisó que en algunas zonas de escasos recursos como los Barrios Tradicionales en Toluca, El Coporo, El Seminario, es más frecuente el consumo de solventes, aunque hay algunas regiones, no específicamente consideradas como marginales, donde abandonaron el uso de la cannabis a cambio del cristal.

“Es más cara que la mariguana, aunque no se sabe si es más barata que la piedra, pero el efecto es corto, es un consumo compulsivo, por eso necesitan conseguirla constantemente, porque son estimulantes del sistema central”, afirmó la especialista.

Tanto que es creciente la cifra de adolescentes consumidores que asisten a tratamiento, quienes nunca probaron un cigarro, cannabis o alcohol.

Agregó que esta metanfetamina, además de generar adicción, los abusadores crónicos demuestran síntomas como ansiedad, confusión, insomnio, trastornos emocionales y comportamiento violento. También pueden presentar características sicóticas, incluyendo la paranoia, alucinaciones auditivas y visuales, delirio.

Los síntomas sicóticos a veces duran hasta meses o años después de haber dejado de usar la metanfetamina.

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