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En la comunidad de San Lorenzo Opteyuco de este municipio tres polvorines clandestinos explotaron y provocaron la muerte de seis personas, además de cinco lesionados.

La detonación generó daños en las construcciones aledañas a este predio asignado para la producción de pirotecnia.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM), el incidente se registró a las 11:00 de la mañana de ayer, por lo que al lugar acudieron elementos de Protección Civil, al igual que bomberos municipales apoyados de cuatro pipas y dos motobombas.

También arribaron 70 agentes de la Secretaría de Seguridad estatal, quienes de inmediato acordonaron el lugar y brindaron apoyo a los vecinos de la zona, además de 20 policías municipales de Jilotepec, peritos y Ministerios Públicos de la Fiscalía General del Estado de México (FGJEM) para iniciar las indagatorias por el incidente.

Los lesionados fueron trasladados al hospital de Jilotepec y tres al Adolfo López Mateos, en la ciudad de Toluca, aunque la condición de algunos de ellos era grave por el grado de las quemaduras en sus cuerpos, aún se desconocen los datos particulares y edades de quienes fueron hospitalizados.

Fuerte estruendo. San Lorenzo Opteyuco se ubica en la zona límite entre Jilotepec y Chapa de Mota, y debido a la lejanía acudió al auxilio de los heridos una ambulancia aérea perteneciente a los Relámpagos, helicóptero empleado para el traslado de los más graves.

Algunos de los vecinos de la región señalan que la detonación cimbró las ventanas hasta un kilómetro de distancia, las columnas de humo podían observarse desde las viviendas divididas por un amplio terreno de pastizal; se avistó de inmediato una enorme humareda que no cesó sino hasta varias horas más tarde, cuando los bomberos lograron sofocar el fuego.

Al parecer, este sitio era un espacio dispuesto para la elaboración de juguetería, había seis cuartos de dimensiones pequeñas, de los cuales cuatro fueron severamente perjudicados. En el entorno, donde destacaron a varios elementos policiacos estatales, quedó regada papelería de colores, trozos de madera y de plástico, y al parecer utensilios que son utilizados para la elaboración de la pirotecnia.

Se presume que este taller contaba con los permisos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de las autoridades estatales, además de las municipales para su funcionamiento. La última vez que ocurrió un accidente de esta naturaleza fue en 2015, cuando en Santa Rosa de Lima hubo 10 lesionados, cinco de ellos de gravedad.

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