El nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Rafael Guerra Álvarez, hace tres años se anotó a la contienda para ese cargo; sin embargo, el ex titular Édgar Elías Azar lo derrotó.

En 2004 Guerra Álvarez tuvo notoriedad al ser el abogado del ahora presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, durante el proceso de desafuero propuesto por el gobierno federal para que respondiese ante la justicia por sus presuntas responsabilidades de la expropiación de una parte del terreno conocido como El Encino, en Santa Fe, alcaldía Cuajimalpa.

Después de la tragedia en la discoqueca New’s Divine el 20 de junio de 2008, donde fallecieron 12 personas y 16 fueron heridas de gravedad, el ahora presidente del TSJ local fue el primer juez que tuvo en sus manos el caso, por lo que los deudos lo señalan como el responsable de haber dejado impune a la clase política implicada en los hechos.

El magistrado tiene 56 años, nació en la Ciudad de México y hasta hoy se desempeñó como magistrado de la Séptima Sala Penal, donde ejercía desde 2011.

Es doctor en Ciencias Penales por el Instituto de Ciencias Jurídicas de Estudios Superiores en 2007 y tiene un Máster internacional en sistemas penales comparados y problemas sociales, por la Universidad de Barcelona, FLASUD e IEJ del TSJ (2004, 2005).

Su trayectoria en el TSJ incluye los cargos de Conserje “B” interino de la Presidencia, secretario de Acuerdos y Juez (ML), juez Sexagésimo Cuarto Penal, luego magistrado (ML) de la Cuarta Sala Penal (2002), juez Décimo Noveno Penal (2003- 2011) y magistrado de la Séptima Sala Penal, a partir del 3 de marzo de 2011.

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