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Mientras Claudia Sheinbaum, candidata de la coalición Juntos Haremos Historia al Gobierno de la Ciudad, no confía en la imparcialidad del contralor general capitalino, Eduardo Rovelo, para castigar a funcionarios que utilicen los programas sociales con fines electoreros, los abanderados del PRI y del Partido Humanista, Mikel Arriola y Marco Rascón, respectivamente, sí le dan un voto de confianza.

Entrevistados por separado, en el arranque de sus campañas electorales, los tres coincidieron en que debe haber castigo para quienes desvíen recursos públicos.

Sheinbaum Pardo prefirió pedirle al contralor que inicie una investigación de por qué los trabajadores del Gobierno de la capital ahora son promotores de la campaña de su adversaria de Por la CDMX al Frente, Alejandra Barrales.

Después de que Rovelo Pico dijo a EL UNIVERAL que no le temblará la mano para imponer sanciones a servidores públicos, si se acredita que desvían recursos públicos, la morenista adelantó que interpondrá una queja ante el Instituto Electoral local por el presunto uso de trabajadores como promotores del voto a favor de Barrales Magdaleno.

Lo anterior debido a que la candidata del Frente sostuvo un encuentro con el Sindicato de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad y señaló que fungirían como brigadistas de voto a su campaña.

El abanderado del PRI, Mikel Arriola, acusó que la venta del sufragio ha sido costumbre de Morena y del PRD, al utilizar los recursos de los programas sociales para acotar el voto, el condicionar con credenciales de elector para recibir dinero después de la elección.

Marco Rascón, candidato del Partido Humanista, dijo confiar en las acciones de Rovelo para blindar los programas sociales en esta época electoral; no obstante, destacó, estará pendiente de cualquier acción que coaccione el voto.

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