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A la par del festejo de su 94 aniversario, el Zoológico de Chapultepec también se encuentra de luto, pues hoy se cumplen dos años de la muerte del gorila de Tierras Bajas, Bantú, en este recinto.

El único gorila macho en México, que tenía la posibilidad de preservar la especie con una gorila hembra en el Zoológico de Guadalajara, entró en paro cardiaco la noche de su traslado, esto luego de someterlo a un proceso de contención química vía intravenosa.

Este caso fue uno de los más polémicos en la historia del zoológico, pues hubo dudas respecto al manejo veterinario del animal, sin embargo, meses después de su fallecimiento, autoridades capitalinas informaron que Bantú sufría problemas cardiacos que derivaron en su muerte.

En los últimos años, el Zoológico de Chapultepec también ha sido objeto de críticas no sólo por el caso Bantú, sino por el fallecimiento de otros animales, como el orangután Jambi, que murió a causa de leptospirosis aguda, una enfermedad provocada por una bacteria presente en agua o suelo contaminados en julio de 2015.

Otro caso mediático fue el de la muerte de una leona de 13 años, que fue sometida a un proceso de eutanasia debido a un tumor cancerígeno en julio de 2016, un día después de la muerte de Bantú.

La polémica por el supuesto mal manejo o cuidado de especies vulnerables o en peligro de extinción, no sólo se ha limitado a los animales que habitan en Chapultepec, sino al Zoológico de San Juan de Aragón.

El caso más reciente es el de la elefanta de origen africano Ely, que fue rescatada de un circo. Activistas advirtieron que la deformidad de sus patas y una supuesta infección en la piel, pueden provocarle la muerte. Sin embargo, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profe pa) ha informado que Ely se encuentra en buenas condiciones de salud.

La muerte, proceso natural. La directora general de Zoológicos y Vida Silvestre, Claudia Lewy, afirmó que al igual que los seres humanos, los animales se enferman, se lesionan dentro y fuera de los zoológicos.

“Muchos de estos ejemplares no tienen la posibilidad de subsistir en vida libre, nosotros los mantenemos en las mejores condiciones posibles y tratamos de asegurar su estado de salud, pero ese es un término ambicioso porque nadie puede asegurar tu salud, ni la mía, ni la de un animal silvestre”.

Aseguró que el trabajo de los veterinarios zootecnistas es, principalmente, aplicar los protocolos de medicina preventiva, darles una buena alimentación bajo la asesoría de expertos científicos.

“Nosotros estamos ávidos de mejorar nuestro desempeño, pero en todos los zoológicos del mundo esto sucede, yo creo que tenemos que ser realistas en el sentido de que los animales, así como los seres humanos, no son eternos, qué más quisiera que nos duraran toda la vida, pero desafortunadamente esto no sucede”.

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