El Gobierno capitalino instalará 200 placas metálicas en sitios y edificios que forman parte de la historia de la Ciudad de México. El proyecto, acompaña a la publicación del libro “Centro Histórico, 200 lugares imprescindibles”, en el que se da cuenta de distintos hechos desde el siglo XVI al XX.

Héctor de Mauleón

, columnista de EL UNIVERSAL y el escritor Rafael Pérez Gay , encabezan este proyecto que se realiza en conjunto con la editorial Cal y Arena, y bajo la supervisión del Instituto Nacional de Bellas Artes ( INBA ) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH ), quienes otorgaron los permisos correspondientes para la colocación de las placas.

Durante la presentación del libro, a la que acudió como invitado especial el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera , Héctor de Mauleón recordó que en 1928 se colocaron placas de talavera amarilla en algunos edificios emblemáticos.

“A principios del siglo XX las calles perdieron su nombre original y se les impuso el de las Repúblicas Latinoamericanas que habían festejado el centenario de la consumación de la Independencia. Desde esa fecha perdimos la capacidad de leer a la Ciudad porque la Ciudad no tenía ya encriptada una parte de su memoria”, señaló.

Hace tres años, se planteó al jefe de Gobierno que “revertir 150 años de demolición sistemática de la Ciudad de México podía lograrse colocando, en varios edificios históricos, pequeñas placas identificativas que volvieran a conectar a la gente con el pasado de la Ciudad”.

Rafael Pérez Gay destacó que con la colocación de estas placas, “un pequeño y modesto trozo” de la historia de la Ciudad se habrá restaurado. “Ahora tenemos 200 placas que recuperan de modo modesto un trozo de la memoria de la ciudad. Los 200 lugares del centro histórico reunidos en un libro y puestos cada uno de ellos en el breve texto de una placa adosada a la fachada de edificios históricos de la ciudad de México pueden leerse como mensajes que vienen del más allá”, enfatizó.

REDESCUBRIR EL CENTRO

El objetivo de este proyecto es que los capitalinos y turistas redescubran el Centro Histórico de la Ciudad de México y encuentren que en la esquina de Palma y 16 de septiembre vivió el primer propietario de un automóvil en México, Fernando y De Teresa; que en el número 11 de la calle 16 de septiembre estuvo el cine Olimpia, donde se estrenó en México la primera película sonora “El Cantante de Jazz”.

Ángel De Canto

, a quién se debe la primera crónica sobre la llegada del automóvil, la luz eléctrica, teléfono, tranvía, el cine y los primeros departamentos, nació en 1868 en una casa ubicada en República del Salvador y Aldaco; en Venustiano Carranza 37 se ubica la cantina más antigua de la Ciudad, “El Gallo de Oro”.

Las primeras boticas se abrieron en el siglo XVIII, sobre la calle 5 de Febrero, donde aún permanecen; la Prisión de Belén, de donde se escapó “Chucho El Roto”, hoy es la escuela Centro Cultural Revolución; en Correo Mayor 119, la primera Miss México de la historia, María Teresa Landa, asesinó a su marido de seis tiros.

En Manzanares 25 se puede ver la casa más antigua de la Ciudad, correspondiente a la primera mitad del siglo XVI; en una vecindad de Moneda nació Gabriel Vargas, autor de la Familia Burrón, mientras que en la calle de Gante estuvo el cementerio del Convento de San Francisco en donde según las crónicas se enterró a La Malinche.

Todas estas historias podrán descubrirse a través del libro “Centro Histórico, 200 lugares imprescindibles”, editado por el Gobierno de la Ciudad de México en conjunto con la editorial Cal y Arena , con un primer tiraje de 10 mil ejemplares que se repartirán de forma gratuita.

pmba

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