La procuraduría capitalina investiga el robo de más de 600 metros de cable de cobre, con un valor superior a los 100 mil pesos, que fueron sustraídos de las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Según las autoridades afectadas, el atraco habría sido perpetrado por al menos tres ladrones experimentados, pues no dejaron ningún rastro en la escena del crimen.

En la denuncia que presentaron los trabajadores de vigilancia contratados por la UNAM ante la Procuraduría General de Justicia capitalina, se lee que del atraco se percataron tres horas después de que sucediera y que los ladrones habrían ingresado alrededor de las cinco de la mañana, el pasado 28 de noviembre, al predio de la universidad, que alberga el Laboratorio de Estructuras y Materiales de Alta Tecnología (LemAT) y un deportivo, ubicados en avenida Delfín Madrigal, colonia UNAM, alcaldía Coyoacán, de acuerdo con la carpeta CI-FCOY-1/ UI-1S/D/024041/11-2019.

Sin embargo, fue hasta las 8:00 horas de ese mismo día que en el área de vestidores y monitoreo de dichas instalaciones de Ciudad Universitaria se reportaron fallas, por lo que el vigilante Fernando, quien acababa de entrar a su turno, fu asignado para que hiciera una inspección en la zona, a fin de que informara qué estaba sucediendo.

El guardia se percató de que las puertas del predio estaban abiertas, pero no forzadas, por lo que al revisar se dio cuenta de que se habían robado parte del cableado del lugar. Al llegar a servicios periciales, la Policía de Investigación (PDI) hizo un recuento de los daños, con lo que se supo que hacían falta 500 metros de cable calibre doble cero y 120 metros de calibre cuatro.

Para perpetrar el robo, los ladrones no utilizaron más que un objeto para cortar el cable, ya que no había indicios ni elementos para recrear una mecánica de hechos, debido a que los ladrones hicieron un trabajo “limpio”, según las autoridades que acudieron al sitio.

Por ello, los detectives de la Procuraduría indagan a través de las cámaras de vigilancia de la universidad para encontrar algún indicio del robo; asimismo, también llama su atención que los vigilantes no se percataron del robo antes, hecho que provocó una pérdida mayor a los 100 mil pesos, puesto que el precio del metro de ese tipo de cable oscila entre los 200 pesos.

Es bien sabido por las autoridades capitalinas que en la ciudad operan bandas que se dedican al robo de cable de cobre o de estatuas hechas con cobre, ya que a los ladrones les deja jugosas cantidades de dinero llevar estos objetos a talleres clandestinos para fundir el metal. Otro factor es que, al tratarse de un delito catalogado como no grave, los responsables de los hurtos no pisan la cárcel y pueden llevar su proceso en libertad, como lo dicta el Nuevo Sistema Penal Acusatorio.

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