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La procuradora capitalina, Ernestina Godoy Ramos, informó que será esta semana cuando dé a conocer el peritaje oficial de la muerte de Aideé Mendoza.

El miércoles se cumplió un mes del asesinato de la joven de 18 años dentro de su salón de clases en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente de la UNAM.

“Entre mañana y pasado mañana presentamos públicamente el resultado del dictamen”, comentó a su salida de la reunión del gabinete de Seguridad en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

En las últimas semanas, la abogada de la Ciudad de México ha dado a conocer que a las diligencias hechas por la procuraduría local se sumaron las de la Fiscalía Militar y peritajes de especialistas de la UNAM, como del Instituto Politécnico Nacional.

Lo anterior porque la dependencia capitalina no tiene equipos con alta tecnología que aporten mayores detalles de la trayectoria del proyectil que hirió a la joven.

La familia de la estudiante ha mantenido contacto con las autoridades, en espera de los resolutivos y testimoniales recabados desde el 29 de abril.

En la entrevista realizada al asesor jurídico de los padres de la víctima, José Rodríguez, se detallaron al menos tres hipótesis sobre de dónde provino la bala que hirió de muerte a la estudiante: “Primero se hablaba de que hubo un incidente en Periférico y Eje 5 con varias detonaciones, la línea de investigación suponía que el proyectil vino de ahí, también estaba la línea de narcomenudeo, y la tercera, una bala perdida. Todas las líneas se han enfocado a que fue una bala perdida”, dijo.

Aumentan seguridad en el CCH Oriente. A un mes de la muerte de Aideé, quien cursaba el sexto semestre en el plantel ubicado en Iztapalapa, la vigilancia interna se reforzó con dos medidas: la primera, las autoridades piden que los alumnos muestren en todo momento sus credenciales y la segunda, se pone mayor atención en el área de canchas, donde presuntamente los estudiantes cometen actos ilícitos.

Esto lo mencionó un grupo de jóvenes a quienes se les preguntó sobre la seguridad, luego de los hechos violentos de finales de abril pasado.

“Después de lo sucedido aumentaron los policías, pero ahora no hay clases. Aquí en la puerta te piden más la credencial, te preguntan a dónde vas”, explicó Diana, de 17 años.

“Había horarios, a las siete que entramos no te la pedían [la credencial] porque somos muchos, pero a las 11, sí”, abundó la joven, quien dijo que ahora que están en intersemestrales.

En cuanto a la vigilancia externa, Ángel, de 19 años, aseguró que se arreglaron las luminarias.

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