A pocos días de que concluya la última Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, los diputados locales regresaron al origen de donde sesionaba la Diputación Permanente años atrás: el Salón Heberto Castillo.

Esta vez lo hicieron porque el recinto parlamentario de Donceles y Allende cerró para darle mantenimiento en general y poder recibir en casi un mes a los nuevos congresistas de la capital.

Con una hora de retraso pero con más diputados que las sesiones anteriores, el desahogo de 31 puntos de acuerdo transcurre de manera normal, aunque con notable falta de espacio hasta para que las edecanes puedan llevar café o refresco a los diputados.

Desde el 18 de julio, el presidente de la Mesa Directiva, Juan Gabriel Corchado, y la Comisión Instaladora del Primer Congreso local que encabeza el diputado J osé Alfonso Suárez del Real , se acordó que el primer miércoles de agosto se sesionaría en el salón Heberto Castillo, bajo el argumento de entregar el recinto histórico "con todas las de la ley: restaurado ya rehabilitado. "

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Se sabe que la rehabilitación del recinto está bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología (INAH) toda vez que personal de mantenimiento fue capacitado para llevar a cabo esos trabajos de conservación.

De acuerdo con el morenista, los más de 300 millones de pesos que fueron etiquetados desde el presupuesto de este año para la transición ya contemplan el apartado de mantenimiento.

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