A 94 años de su existencia, el Zoológico de Chapultepec tiene un objetivo claro: dejar de ser un lugar de exhibición de animales y convertirse en un centro de conservación de especies.

Este centro que albergaba ejemplares de gran popularidad como el panda Tohui en los años 80 o al gorila Bantú que falleció hace dos años, ahora se dedica a la conservación de especies mexicanas en peligro de extinción como el conejo teporingo, el cóndor de California, el lobo mexicano y el ajolote, especie endémica de Xochimilco.

La directora general de Zoológicos y Vida Silvestre de la CDMX, Claudia Lewy, afirma que el reto es concientizar a la ciudadanía sobre la importancia de los programas de conservación. En ese sentido, sostuvo, el Zoológico de Chapultepec está alineado con la tendencia mundial de la preservación animal.

“Contar con poblaciones de rinocerontes, elefantes, es sumamente atractivo, pero cuando le pregunto a la gente sobre una tayra o un cacomixtle, que son animales que habitan en la Ciudad de México, la gente no tiene el mismo conocimiento, y son igualmente importantes, más importantes aún porque son fauna nativa o endémica de México”, refiere.

La ex directora del Zoológico de Chapultepec, Marielena Hoyo, coincide en que urge cambiar la vocación de estos recintos.

En entrevista, dice que los zoológicos de rejas cumplieron su misión como parques temáticos en México como en Latinoamérica.

“El reto mayor es ir divulgando entre la gente que estas instituciones ya no deben permanecer así, especialmente en zonas urbanas plagadas de contaminación ambiental sonora y hasta lumínica. Entonces se trata de educar a las personas para que respete a la fauna silvestre, entendiéndola desde su naturaleza”.

Un reto mayor, dijo, es contar con herramientas tecnológicas que permitan, en un futuro, contar con un zoológico en tercera o cuarta dimensión, para no disponer de ejemplares vivos.

Sitio histórico con falta de recursos

El Zoológico de Chapultepec, que hoy cumple 94 años, es uno de los sitios más emblemáticos de la Ciudad de México, fue inaugurado en 1924 por el biólogo Alfonso L. Herrera.

En aquel año, este recinto representaba un espacio donde los visitantes podían admirar a 243 ejemplares de diferentes especies de fauna silvestre.

Durante la década de los 90 fue remodelado en su totalidad y la colección animal fue distribuida en zonas bioclimáticas. Actualmente, se encuentran en exhibición mil 236 ejemplares de 222 especies diferentes de mamíferos, aves, reptiles y anfibios; entre ellos destacan leones, osos, tigres, jirafas, leopardos, hipopótamos, un orangután, una nutria, y las pandas Xin Xin y Shuan Shuan, ésta última tiene 31 años, es la más longeva fuera de la República de China.

Desde 1990, los tres zoológicos de la Ciudad de México, Chapultepec, San Juan de Aragón y Coyotes, no recibían recursos para la remodelación de sus instalaciones; fue hasta 2015 que la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) recibió 90 millones de pesos para mejorar, sobre todo, los albergues de los animales. En el caso de Chapultepec, se realizaron trabajos de mejoramiento en el bioma del Bosque Tropical.

Claudia Lewy reconoce que para cumplir el reto de convertirse en un centro de preservación de especies se necesita una suma de 90 millones de pesos anuales aunado a los 35 millones que reciben los zoológicos para su operación.

“Nosotros tenemos un programa operativo anual que es suficiente para cubrir las necesidades básicas del zoológico, desde luego quisiéramos tener recursos para hacer realidad proyectos de conservación, rehabilitar espacios, porque esto se debe hacer año con año”.

Uno de los proyectos más ambiciosos de la Dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre de la CDMX es la construcción de un estanque en el recinto de Los Coyotes para preservar ajolotes, sin embargo, la dependencia no cuenta con el presupuesto de 12 millones de pesos para realizarlo.

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