Los autobuses de dos plantas para uso urbano no son del gusto de todos. A pesar de su popularidad en Londres, nunca han alcanzado gran difusión fuera de Reino Unido y sus colonias. La razón es que la ciudad y la red viaria deben estar adaptadas a su mayor altura.

Estos vehículos se consideran adecuado para calles como las tradicionales de la capital inglesa: estrechas y con giros bruscos que no pueden realizar los autobuses articulados ni los de mayor longitud. En Londres, la mayoría de rutas las cubren autobuses de dos pisos. En Europa, fuera de Reino Unido e Irlanda, se usan en Berlín, Bilbao y algunos países nórdicos. Sí son comunes en antiguas colonias británicas, como Hong Kong, Singapur o las ciudades indias, donde las vías se diseñaron pensando en ellos.

Un caso paradigmático de que estos buses no se amoldan a todas las necesidades es el de París. En 1911 fueron prohibidos cuando uno de ellos volcó. Volvió a intentarse su uso en los años 70, pero no encajaban con el sistema de paradas cortas del transporte público parisino: a los pasajeros no les daba tiempo de subir y bajar del segundo piso entre las estaciones.

Bilbao, la única ciudad española que los utiliza (Madrid los probó, y los retiró), necesitó también dos intentos. En 1963 le compró 25 unidades a Londres. Siete años después, los buses fueron jubilados.

Se reintrodujeron en 2011 para una sola línea tras modificar la normativa de vehículos de la ciudad, porque los buses de dos pisos rebasaban el gálibo en 20 centímetros. El objetivo era instaurar este modelo en más líneas, pero no se completó.

Bilbobus, el servicio de buses de Bilbao, explica a EL UNIVERSAL que no es posible hablar con ningún conductor de estos vehículos porque “en verano desciende el número de viajeros, y se retiran por ahorro y eficiencia”.

Los británicos son conscientes de las particularidades de sus autobuses más icónicos, y ayer su prensa se hacía eco con ironía del accidente de México. “Los autobuseros de Ciudad de México han descubierto a las malas que los autobuses de dos pisos no caben en todos lados”, titulaba The Independent, destacando que los buses capitalinos están aún en fase de pruebas de conducción.

A pesar de que la red viaria de las islas está preparada para estos buses, son comunes los accidentes con puentes cuando los conductores intentaban variar la ruta prefijada.

No obstante, las medidas de seguridad son estrictas en los buses londinenses. Todos van equipados con cámaras de video.

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