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Se cumplió una semana y en la delegación Iztapalapa volvieron a abandonar cadáveres con signos de tortura, ahora en las calles Urbano Espinoza y Rosalio Bustamante, en la colonia Santa Martha Acatitla.

Ayer por la madrugada policías preventivos que hacían patrullajes a las 3:00 horas encontraron a dos sujetos tirados y semidesnudos. Al acercarse notaron que los hombres tenían marcas en el cuerpo que parecían de quemaduras y que ya no respiraban.

Los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSPCDMX) llamaron a los servicios periciales de la procuraduría local y acordonaron el área donde estaban los cadáveres, que tenían las manos atadas con cinta canela.

La procuraduría local informó que ambos tenían antecedentes penales. El de 29 años por robo agravado, mientras que el de 30 tiene un ingreso al reclusorio por robo en 2014, y está relacionado con una averiguación previa por delitos contra la salud.

El agente del Ministerio Público de la Coordinación Territorial Iztapalapa 6 inició una carpeta de investigación por el delito de homicidio doloso. Los cuerpos fueron llevados al Instituto de Ciencias Forenses.

Otros casos. Este es el segundo reporte de restos humanos en calles de Iztapalapa, pues el 29 de mayo vecinos y comerciantes del Barrio de Guadalupe, a 15 kilómetros de Santa Marta, reportaron tres cadáveres abandonados en distintos puntos.

A las 5:00 horas fue el primer aviso a la policía, pues en la calle Candelabro, entre la avenida de Las Torres y Francisco Álvarez del Castillo, aparecieron dos cuerpos desnudos también con signos de tortura.

Minutos después, y tan sólo a unas calles de distancia, fue descubierto un tercer cadáver sobre la calle Francisco X. Salazar, entre Candelabro y La Mora.

De acuerdo a reportes de la Policía de Investigación, sus edades eran 36, 41 y 46 años, “los dos primeros estaban desempleados, aunque el más joven se dedicaba al comercio; el segundo practicaba el boxeo”.

El sujeto de 36 años tenía seis antecedentes penales por robo en 2002, 2003 y 2011; por delitos sexuales en 2009 y 2011; y por lesiones calificadas dolosas en 2015.

El de 41 años tenía siete: por robo en 1988, 1993, 1994 y 1999; y por robo, asociación delictuosa y portación de arma de fuego en 2000.

Mientras que el de 46 estuvo relacionado con robo a casa habitación en 1999; homicidio, en 2000; robo a negocio, en 2001 y 2003; robo a transeúnte, en 2004; robo, en 2011, y por robo agravado en 2015.

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