Toluca, Méx.— Frente al incremento de mujeres que buscan aprender a defenderse de las agresiones verbales, el acoso sexual y la violencia de género, tres generaciones de una familia adaptaron una casa para dar pláticas informativas, clases de defensa personal y brindar asesoría a las víctimas.

Marimar Rayuela, una de las iniciadoras del proyecto Casa Gurin, reconoce que, como otras mujeres, sobrevivió a las agresiones que enfrentan las mexiquenses, pero que, según su percepción, “en Toluca son particularmente graves”, por lo que decidió colaborar.

Los cursos tienen un costo de 50 pesos y hay una clase de muestra para que las mujeres conozcan la dinámica de la casa.

Explica que desde que comenzaron —en septiembre de 2019— despertaron el interés entre personas de todas las edades: “La violencia no necesariamente es que te golpeen o que te levanten, se presenta de muchas formas. En ocasiones no es tan sencillo que la gente se abra y lo reconozca.

“Hay mujeres que viven décadas siendo violentadas de forma económica, simbólica, patriarcal. Lo que queremos con este proyecto es tener la mente fría para saber actuar ante un chiste misógino o cuando un hombre quiere tocarte sin tu permiso”, cuenta.

La joven detalla que las clases de autodefensa tienen como principio la unión entre mujeres [sororidad], pues “creemos que necesitamos identificarnos, reconocernos, apoyarnos para saber actuar, aprender a defendernos, porque muchas víctimas se encuentran en el vórtice y no ven la luz para salir de la situación que viven.

“La violencia es un problema sistémico que, además, parece que tenemos inyectado en la médula desde niñas y cuando lo identificamos, es difícil saber actuar”, explica.

Lanzar patadas y dar golpes no es lo único que promueven estas mujeres, sino un lugar para intercambiar ideas, escuchar a las personas violentadas y apoyarse.

La vivienda tiene un diseño que la hace destacar, se ubica entre las colonias Electricistas locales y La Teresona, dos de las zonas que concentran las agresiones contra mujeres, además de pobreza, según información del propio ayuntamiento.

Marimar añade que la vivienda es la herencia de una familia rusa exiliada, la cual se convirtió en un lugar para las mujeres, pero que no excluye a los hombres, pues el objetivo es compartir acciones encaminadas a transformar el contexto machista y misógino en el Edomex: “En Toluca prevalece una educación machista desde el hogar, donde las mujeres son criadas para soportar eso”, dice.

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