Álamo.— Productores originarios de Álamo Temapache todavía resienten las consecuencias de las inundaciones en Veracruz, las cuales devastaron toneladas completas de naranja, mandarina y toronja en octubre pasado. A dos meses, denuncian que no se han recuperado completamente y las ventas siguen bajas, derivado de la crisis económica que se vive en este municipio.
En la plaza El Ídolo se observa a decenas de productores de cítricos con incertidumbre y a la espera de que su producto sea comprado por minoristas, aunque los resultados no han sido favorables.
A pesar de que sus camiones están repletos de naranjas, esto es apenas 30% de lo que rescataron cuando el río Pantepec se desbordó e inundó sus cosechas.
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“La presión del agua arrancó los árboles y dejó un montonazo de basura, y ya quedaron las huertas inservibles. Todavía hay huertas que tienen basura en los árboles y en mi caso yo tampoco he podido terminar de quitar basura, así estamos 50% de los afectados”, menciona el productor Esteban Argüelles.
A la espera de vender su camión de naranja, describió que las inundaciones también provocan hongos y que la fruta se caiga de forma inmediata. Al igual que sus compañeros, perdió toneladas y tuvo que empezar de cero la producción de naranjos, los cuales siguen propensos a plagas por las lluvias atípicas en la región. Relata que, en semanas pasadas, el gobierno federal visitó colonias que se inundaron y ahí se censó a los productores agrícolas que lo perdieron todo. Sin embargo, Esteban vive en una localidad que no resultó afectada, por lo que no pudo recibir apoyo económico para recuperar sus parcelas.
“En cuanto a cultivos agrícolas no fueron censados por el gobierno federal. Sólo en las localidades en donde sí hubo pérdidas en sus casas les estuvieron preguntando si habían tenido pérdidas en sus cultivos. Y eso no quiere decir que los servidores [públicos] que andaban censando fueron a ver las parcelas, con qué trabajo se podían acceder a las localidades, menos a las parcelas”, cuenta.
“Después hubo censos más informales que nada más te anotaban en una lista, te pedían tus datos, pero de eso no ha habido nada y el gobierno del estado posteriormente anunció un supuesto recorrido, pero cuando fuimos a preguntar nos dijeron que ese anuncio de la gobernadora [Rocío Nahle] estaba limitado a un muestreo en 17 comunidades y que prácticamente esas comunidades pertenecían al programa de Sembrando Vida”, dice.
Los pocos productores que recibieron apoyo del gobierno describen que era una cantidad mínima y no pudieron recuperar por completo sus huertos de árboles de naranja. Tampoco les ayudó a compensar lo que perdieron en producción, costos que habían invertido meses antes de las intensas lluvias.
Por generaciones, la familia de Esteban se ha dedicado a la naranja y nunca habían sufrido una devastación como esta. Poco a poco, limpió sus terrenos y retomó la venta diaria en la plaza El Ídolo, punto de reunión para productores. Esteban reflexiona que el mercado es incierto y deben bajar el precio de la venta para que no se quede el producto.
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“Los tiempos ya no son como antes, ahorita producir cuesta. Antes sembrabas y nada más había que tener limpio el arbolito. Ahora cuesta porque hay un sin número de plagas, hongos que a lo mejor nuestros papás, nuestros abuelos no conocieron. Los huertos nos mantienen a todos los productores que fuimos afectados por esta inundación, pero como somos productores y esta es nuestra principal actividad económica, pues tenemos que volver a empezar”, concluye.
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