Reynosa.— La principal preocupación de Ian Alexandro es que este año ingresará a la secundaria y, según sus palabras, llegará burro.

Asegura que las clases en línea que les impartieron al cerrar las escuelas no le sirvieron de mucho, sobre todo en materias como Matemáticas e Inglés.

“Terminé el sexto grado pero, la verdad, no sé cómo nos calificaron porque no aprendimos nada. No es lo mismo lo que nos enseñan los maestros que lo que me enseñó mi mamá”.

Asegura que siente temor porque desconoce muchos temas. “En la casa hicimos las tareas, los proyectos que nos pidieron, pero no es igual. Por ejemplo, mi mamá no habla bien el inglés; en muchas cosas utilizamos el traductor por internet y así resolvimos la tarea, pero no lo hablamos; me siento inseguro en esa materia”.

Cuenta que otra de las asignaturas en las que no aprendió fue en Matemáticas. “Siempre he batallado, aunque no voy tan mal. Aun así, no aprendí. Espero que en la secundaria los maestros entiendan que perdimos muchas clases y que no estamos muy bien preparados”.

Confiesa que una de sus hermanas le comentó que la secundaria es distinta a la primaria, porque tienen más de un maestro, diferentes horarios para cada materia e incluso, horas libres.

“Ella tuvo un curso antes de entrar a la secundaria. Le enseñaron la escuela, les presentaron a los maestros y les dieron el horario de las materias, eso es algo que no entiendo muy bien; en la primaria tenemos sólo dos maestras, tener muchos profesores me da miedo, porque dice mi hermana que algunos son muy regañones”.

Ian destaca que aunque las clases concluyeron el 5 de junio, sus padres decidieron que acudiera con una maestra de apoyo a fin de que lo prepare para su ingreso a la secundaria.

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