Quien va perdiendo la partida, nos aseguran, es el superdelegado de Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval, pues luego de que lo acusaran de utilizar los apoyos federales en su beneficio, para posicionarse como candidato a la gubernatura en 2021, no sólo negó los señalamientos, sino que se denunció a sí mismo ante la Fepade local, para que investigue si utiliza o no los programas sociales con fines electorales. El tema, nos explican, no es menor, pues uno de sus críticos, el diputado federal por Morena, Rubén Cayetano García, ratificó la denuncia contra don Pablo en la Secretaría de la Función Pública (SFP) federal, que encabeza Irma Eréndira Sandoval, hermana del superdelegado. Pero eso no fue todo, nos platican, porque los reclamos alcanzaron a las mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que no permitirá que nadie haga mal uso de los programas y hasta indicó que si en la SFP hacen como los avestruces, el tema puede ponerse en manos de la Fepade federal. ¡Qué tal!

Cuando la “cura” es el veneno

Mientras la Cofepris advierte sobre el riesgo de usar dióxido de cloro para combatir el Covid-19 y pide a la sociedad denunciar a los establecimientos médicos que vendan este producto como tratamiento alternativo contra cualquier enfermedad, nos revelan que el alcalde de Zapopan, Pablo Lemus (MC), promueve su uso al aceptar la donación de 100 tarjetas con este químico para generar “un campo protector” contra el virus. Sin embargo, nos relatan, eso no sería lo más grave, sino que el edil reconoció que hay polémica sobre su uso y sin tener ningún argumento científico opinó que “si no ayudan, tampoco estorben”, por lo que el DIF las repartiría entre la población “que más lo necesita”.

Detención por moches causa pánico en Veracruz

Nos confían que la reciente detención de Armida Ramírez, exalcaldesa interina de Xalapa, Veracruz, vinculada a un escándalo sobre presuntos moches en la Conade, cayó como balde de agua fría entre la clase política xalapeña y, sobre todo, fue tomada como una advertencia para un amplio sector político de la capital veracruzana, a fin de que pongan sus barbas a remojar, ya que en más de una ocasión han abusado de la impunidad que les brindan sus relaciones en los tres poderes y en los juzgados federales que se asientan en la ciudad. No hay abundancia mal habida, a la que no le llegue su despedida, nos dicen.

Invisibilidad... ¿otro “síntoma” del Covid?

A quien el encargo le duró menos que una obra de teatro, nos aseguran, fue a Elsa Julita Veites Arévalo, delegada especial para el Covid-19 en Morelos, o al menos eso se comenta, debido a que en las últimas tres semanas ha estado fuera de los eventos públicos, correspondientes a las actividades contra el nuevo coronavirus, y de plano canceló sus visitas a los municipios de la zona oriente del estado, donde abrió un frente de batalla con ediles que le pidieron gestionar recursos ante la Federación para enfrentar la crisis económica y a los que ella de plano les mandó decir que “dinero no hay”. De sobra está, nos dicen, mencionar que hasta en los reportes oficiales sobre el Comité de Contingencias Covid el nombre de doña Elsa ya no figura.

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