Los números en color rojo colocados en decenas de viviendas muestran la magnitud del desastre y la desesperanza que sufren los habitantes de esta región desde el pasado 19 de septiembre, cuando el sismo destruyó sus hogares.

"Siento mucha tristeza acá nací y me quedé sin nada"
"Siento mucha tristeza acá nací y me quedé sin nada"

La mayoría de los pobladores pasan las horas en una angustiosa espera, ya sea para observar la reconstrucción o demolición de las casi dos mil casas con daños, su patrimonio, ese que se construyó incluso en tres generaciones con la venta de flores, tamales y con el trabajo en el campo.

Si bien el conteo ha sido aplicado aquí, en todo el estado concluirá el próximo lunes y a partir de ahí se iniciará la reconstrucción o demolición con recursos del Fondo Nacional de Desastres (Fonden).

"Siento mucha tristeza acá nací y me quedé sin nada"
"Siento mucha tristeza acá nací y me quedé sin nada"

Ricarda Espinosa Leal, de 87 años, forma parte de esa tragedia y aún tiene el recuerdo de cuando, junto con su madre, viajaba a todas las ferias cercanas para vender tamales y flores, ahorrar un poco e ir pagando al dueño, un terreno ubicado en el centro del municipio.

“Juntábamos dinero y le íbamos abonando al dueño”, dice, hasta que lograron liquidar el lugar donde antes del terremoto compartían su vida con cinco descendientes y sus respectivas familias.

"Siento mucha tristeza acá nací y me quedé sin nada"
"Siento mucha tristeza acá nací y me quedé sin nada"

La que no puede con la preocupación es su hija, María Luisa Villalva Espinosa, una mujer de 58 años, viuda, sin hijos ni nietos que pasa las horas dentro de su tienda La Perlita, de la cual poco queda, sólo unos cuantos productos para la venta.

“Mucha tristeza, acá nací, viví con mi esposo y ahora me quedé sin nada”, lamenta. Toda la construcción está fracturada. Con paredes tiradas, techos agrietados y pertenencias dejadas a su suerte.

“Que quiere que sienta uno, pues el sacrificio de tantos años de mi abuelita que vendía tamales y flores, de mi mamá y con eso se compró”, ataja Celia Villalva Espinosa.

"Siento mucha tristeza acá nací y me quedé sin nada"
"Siento mucha tristeza acá nací y me quedé sin nada"

De vez en vez, Celia sonríe y se acuerda del sismo y del susto que se llevó cuando echaba tortillas en el comal: “Ahorita nos da risa”, afirma, sobre todo al ser consciente que salieron ganando del sismo “Porque la estamos contando”.

El último corte del censo oficial elaborado por los tres órdenes de gobierno en los 112 municipios con declaratoria de desastre, reveló que hay 21 mil 929 hogares con algún tipo de daño; tres mil 319 son pérdida total.

Chietla, con sus dos mil casas fracturadas, ocupa uno de los primeros lugares en afectaciones.

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