Un grupo de 25 personas de Torreón, miembros del colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC), realizaron una caminata en silencio para recordar que su organización suma 10 años de lucha.

Las perspnas, madres en su mayoría, caminaron de la Plaza Mayor a la Alameda Zaragoza en Torreón, donde únicamente cargaron las lonas con el rostro de sus hijos desaparecidos e iban con cubre bocas con la leyenda “dónde están”.

Ángeles Mendieta, madre de Iván Baruch Núñez Mendieta, desaparecido el 7 de agosto de 2011 en Torreón, aseguró que es una lucha que no parará hasta tener a sus hijos de vuelta. Dijo que la acción es en silencio porque no necesitan voz ante la tragedia que han vivido en la última década.

“Las fechas que se aproximan no tienen significado porque nos falta un pedazo de nuestra vida, un pedazo de nuestro corazón. No hay nada que celebrar, sólo recordar que son 10 años de lucha, una lucha que no pararemos hasta encontrar justicia y verdad”, exclamó la mujer.

Ángeles Mendieta pidió a Dios que muy pronto su hijo y los hijos de sus compañeras estén de vuelta para abrazarlos y nunca dejarlos ir.

Al llegar al memorial por los desaparecidos, las familias leyeron un pronunciamiento donde recordaron que el 19 de diciembre de 2009, varias familias decidieron denunciar públicamente la desaparición de 21 personas en Coahuila, fenómeno que a 10 años de caminar, se ha multiplicado.

“En estos 10 años logramos algo valioso: caminar juntas. Alzar nuestra voz juntas; esa es nuestra fuerza. Ya no somos las mismas; estamos fuertes. Ya no les creemos. Ya no confiamos en lo que dicen. Hemos cambiado, hemos crecido, nos hemos formado, sabemos de nuestros derechos y los derechos de quienes nos han desaparecido”, leyó Griselda García Zapata, hermana de Carlos Gerardo García Zapata, desaparecido el 31 de octubre de 2008.

María Luisa Lazarín, madre de Israel Torres Lazarín, desaparecido el 18 de junio de 2009 en Matamoros, reclamó a los gobiernos que se la pasan con pretextos pero que ellas seguirán dándoles guerra y exigiendo la aparición de sus desaparecidos. “Pido a Dios estar tranquila, pero feliz no, porque falta un pedazo de mí en la casa”, comentó.

afcl

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