La pandemia del coronavirus Covid-19 en Quintana Roo , un estado cuyo ingreso depende prácticamente al 100% del turismo, tiene hoy un saldo trágico en materia económica, más que de salud.

El reporte de la Secretaría Estatal de Salud (SESA) marca hasta esta mañana, tres pacientes restablecidos, apenas una defunción reconocida y 55 casos positivos, de 296 sospechosos.

Sin embargo, la debacle es ya de índole financiero. Hoy, el gobernador, Carlos Joaquín González , informó que la ocupación hotelera en el estado está por debajo del 10% y se han cancelado más de 7 mil 900 vuelos, lo cual equivale a casi 3 millones de asientos de avión menos.

En suma, ello supone una cadena de arrastre a toda la industria turística, basada en la recepción de vacacionistas.

“En Quintana Roo vivimos prácticamente del turismo, principalmente del turismo internacional, y hoy los mercados más importantes del turismo internacional están cerrados: Estados Unidos, Canadá y los países de Europa, todos metidos en este problema del Covid-19 y sin poder salir. Esto ha generado una disminución de asientos de avión y cancelación de vuelos.

“Llevamos más de siete mil 900 vuelos cancelados, casi tres millones de asientos de avión cancelados al aeropuerto; ¡imagínate lo que eso hubiera sido! una temporada turística extraordinaria. Hoy, no la tenemos, ha bajado totalmente; estamos abajo de 10% de ocupación general en el estado y esto ha provocado un problema económico de gran trascendencia”, dijo.

Datos del Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR), que administra el Aeropuerto Internacional de Cancún, dan cuenta de la disminución y cancelación paulatina de vuelos.

Tan sólo hoy, las operaciones programadas abarcan apenas 159, de las cuales, 75 son llegadas -50 nacionales y 25 internacionales-; y 82 salidas, 55 nacionales y 27 internacionales.

Hoteles cerrados y restaurantes sin servicio

La caída de vuelos hacia el estado se traduce en menos turistas, lo que ha puesto en jaque al sector de hospedaje, lo mismo que a restaurantes, parques temáticos, excursiones, bares y discotecas, cuya operación está suspendida temporal e indefinidamente, lo mismo que el acceso a las playas.

De acuerdo con la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, de marzo al 2 de abril, han cerrado 92 centros de hospedaje, lo que equivale a dejar fuera de operación a 29 mil 378 cuartos en ese trío de polos turísticos.

La ocupación de Cancún alcanza apenas el 5.2%, con mil 774 turistas; Puerto Morelos, registra 16.1% de ocupación, con 43 visitantes e Isla Mujeres, 1.4% con ocho vacacionistas.

Los siete parques del Grupo Xcaret en Cancún y Riviera Maya permanecen cerrados desde el 23 de marzo, lo mismo que el Parque Maya, en la zona turística de esta ciudad; clubes de playa icónicos, como Playa Mamitas, en Playa del Carmen, suspendieron actividades.

Tan sólo el Parque Xcaret ha llegado a recibir de 6 mil a 8 mil visitantes en un día. El ingreso generado por la entrada, además del consumo de alimentos, se perdió.

El 95 por ciento de los restaurantes en Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres cerró, de acuerdo con datos dados a conocer hoy por la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).

El presidente del organismo, Marcy Bezaleel, indicó que el servicio a domicilio se mantiene, pero muchos establecimientos quedarán aún sobre la lona, al término de la pandemia.

“El CovideVID-19 ha desplomado a más del 25% de las micro y medianas empresas, restauranteras en Cancún, por lo que muchos de los agremiados de la Canirac, pasando la contingencia, no abrirán.

El sector náutico en Cancún e Isla Mujeres, cuya operación había caído en más de un 15% y esperaba encontrar alivio durante la Semana Santa, se reducirá a cero, luego del cierre de puertos a embarcaciones recreativas y deportivas, reforzado por el decreto del 31 de marzo, que ordena la suspensión de actividades no escenciales en el espacio público, privado y social.

La Asociación de Náuticos ha solicitado el aplazamiento de una decena de cobros de derechos e impuestos, sin penalizaciones, ni recargos, al menos durante tres trimestres.

El impacto en la industria turística se tradujo en el despido de empleados, disminución de salarios, descansos obligados y escalonados y renuncias “voluntarias”, antes del 19 de marzo, previo a la emisión del decreto de emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor del 31 de marzo, que impide tomar esas medidas del 1 al 30 de abril.

Para atender ambos temas -el de la contingencia económica y la recuperación de la industria, sumado a los despidos injustificados- el gobierno estatal puso en marcha un Plan estatal de apoyo a las familias, que incluye la entrega a domicilio de víveres, a 500 mil familias más vulnerables, partir de la próxima semana y un programa para la defensa del trabajo, que recae en denuncias ante las Juntas de Conciliación y Arbitraje.

rcr

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