Saltillo.— La mañana del 22 de octubre Eslyn regresó a las 6 de la mañana de su trabajo en la maquila y encontró a su hijo Anuel Esquivel Cruz despierto. Lo besó, le dijo que lo amaba y se volvieron a dormir. Esa fue la última vez que lo vio.
Eslyn ya no sintió cuando Anuel se fue a la escuela ese día, acompañado de su abuelita. Esa mañana una estructura de una obra de La Escuela es Nuestra se desplomó y mató a Anuel en la primaria Cuauhtémoc del municipio de San Pedro, Coahuila.
Anuel era un niño cuyos padres lo describen como amoroso, dulce, inquieto y, sobre todo, conectado a su fe. “Siempre hacía preguntas sobre el cielo, sobre Dios. Antes de todo me dijo: ‘Yo quiero conocer a Dios’. Yo le dije que sí, que un día todos lo conoceríamos si lo tenemos en el corazón y creemos en él”, comenta su madre.
A poco más de un mes de la tragedia, Eslyn y Emanuel, padre de Anuel, platican sobre su hijo y aseguran que no guardan rencor por la muerte. Inclusive, dicen que buscan que la muerte de su hijo tenga un propósito: que ellos se acerquen más a Dios.
Emanuel relata que los primeros días tras la muerte de su hijo sentía mucho rencor y coraje hacia la escuela, la maestra, el director, la obra, pero un día de madrugada se estaba acordando de su hijo y miró las cosas de Anuel, cuando empezó a cuestionar a Dios.
Eslyn dejó de trabajar en la maquila y Emanuel dejó el trabajo en la nuez. Ambos acudían a la iglesia Bautista Bethel y desde la muerte de su hijo han encontrado refugio ahí. “A mi hijo siempre le gustaba ir al templo, iba con su abuelita y nosotros nos empezamos a alejar, por el trabajo, por las cosas del mundo”, dijo Eslyn de 22 años.
Para Emanuel y Eslyn es ahora Cristo y su fe quien les han dado la fortaleza ante la pérdida de su hijo.
Emanuel dice que su hijo era muy listo, tanto que si alguien se equivocaba, el niño intentaba corregir a la persona. “Hasta a nosotros, cuando íbamos a algún baile nos decía: ‘Los bailes son malos. Tomar es malo’”.
Los padres lo recuerdan como un niño inquieto, compasivo, sin rencores, compartido con todos. Un niño que dibujaba en su cuaderno (...), que dibujaba la casa que le quería comprar a su mamá cuando creciera. “Por el amor que le tenemos a nuestro hijo, por el amor que tenemos a él, no nos vamos a rendir en el camino del Señor”, mencionó Emanuel.
Por la muerte de Anuel se mantiene el proceso penal en contra de José “N” por el delito de homicidio culposo. El probable responsable se encuentra en prisión preventiva. “No vamos a llegar a nada. Nuestro hijo ya no está. Nada en el mundo lo va a devolver. Nosotros no los vamos a juzgar”, sostiene Eslyn.
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