Chilpancingo.— Reporteras de esta ciudad marcharon para denunciar lo que viven todos los días: acoso de compañeros y fuentes, la precarización laboral, el hostigamiento de alcaldes y represalia por denunciar las violencias de género y asesinatos.

“Las mujeres no estamos seguras cuando nos discriminan, nos responsabilizan, nos acosan, nos niegan las posibilidades de contar con trabajos dignos, o cuando el Estado sigue considerando nuestros derechos como meras aspiraciones”, leyó en un pronunciamiento la reportera del periódico El Sur, Lourdes Chávez.

La marcha salió del monumento del Bicentenario y recorrió toda la avenida Juárez, tomó la Alemán hasta llegar al jardín Unidos por Guerrero.

En el recorrido las reporteras exigieron respeto a la labor periodística, pero también un alto a las actitudes machistas en sus redacciones, de sus compañeros y de algunas fuentes.

Exigieron que los medios de Guerrero, que casi todos son dirigidos por hombres, rompan el pacto patriarcal y generen condiciones igualitarias, por ejemplo, en el salario.

En la marcha las reporteras renombraron algunas calles de Chilpancingo con el de mujeres “que la historia no les ha dado el reconocimiento suficiente”.

Guerrero es de los estados más peligrosos para ejercer el periodismo. Las reporteras y reporteros tienen que hacer su labor en medio de agresiones de funcionarios públicos, policías y militares e integrantes del crimen organizado. Además, las reporteras sufren la violencia machista.

En la marcha de este martes, iba la reportera del portal de noticias Réplica, Alina Navarrete.

Hace justo un año, Alina era hostigada por académicos y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras por una nota.

En ella, Alina contó de los relatos de acoso y hostigamiento sexual que denunciaron estudiantes de esa facultad en el foro Jornada Marea Violeta: yo te creo compañera. Uno de los señalados fue el profesor emérito Camilo Valqui Cachi.

En los días siguientes, en redes sociales, estudiantes y profesores le exigieron a la reportera ofrecer una disculpa pública a Valqui Cachi por la nota. Pero también la llamaron “resentida”, “lengua larga”. Y si no lo hacía, advirtieron, acudirían a medios judiciales.

Alina presentó una denuncia ante la Comisión de Género Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) por el hostigamiento, pero nada ha pasado.

Hace unos días, el Centro de Información y Comunicación para la Mujer (Cimac) emitió una alerta por el hostigamiento que sufren las reporteras de El Sur, Carmen González Benicio y Antonia Ramírez, por parte del alcalde de Tlapa, el morenista Dionisio Merced Pichardo.

“Desde el cambio de administración en Tlapa en 2018, Antonia Ramírez y Carmen González han sido sujetas de diversas violencias en redes sociales cada vez que publican información relacionada con la gestión de dicho municipio”, señaló Cimac.

Sin embargo, las reporteras en Guerrero viven también la violencia extrema. El 5 de febrero de 2018, dentro de su restaurante A todos los santos, la youtuber Pamika Montenegro Real, la Nana Pelucas, fue asesinada a tiros. Según el reporte policiaco, al lugar ingresaron dos hombres armados que cuando la vieron le dispararon en varias ocasiones.

El entonces fiscal general de Guerrero, Javier Olea Peláez, lo dijo: se puso en la mira de la delincuencia organizada por sus publicaciones. El crimen sigue impune.

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