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Los sacerdotes Iván Añorve y Germaín Muñiz García fueron asesinados ayer cuando hombres armados atacaron a tiros la camioneta en la que viajaban en la carretera federal Taxco-Iguala, a la altura de Taxco.

Los dos viajaban con otras cuatro personas que quedaron heridas, una reportada como grave.

De acuerdo con el informe policiaco, alrededor de las 03:57 horas se recibió el reporte de que en la carretera federal Taxco-Iguala, a la altura del punto conocido como la curva Iguana, se encontraba una camioneta blanca con impactos de bala.

Al lugar llegaron policías estatales y encontraron a dos hombres muertos a balazos y a uno herido, a quien personal de la Cruz Roja trasladó al Hospital General de Taxco.

Según la fiscalía estatal, los sacerdotes y sus acompañantes habían estado en la comunidad de Juliantla e iban de regreso a sus lugares de origen, cuando a la altura de una gasera un automóvil les cerró el paso y les comenzó a disparar.

El vocero de Grupo Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, informó que después del ataque la policía de la entidad realizó un recorrido por la zona y a un kilómetro de distancia localizaron una camioneta negra, en cuyo interior había una cartuchera color verde y un portafusil.

El sacerdote Iván Añorve estaba encargado de la parroquia de La Sagrada Familia, en el municipio de Cruz Grande, en la Costa Chica, y dependía de la Arquidiócesis de Acapulco. Germaín Muñoz era párroco de la iglesia de San Cristóbal, en la comunidad de Mezcala, en el municipio de Zumpango y dependía de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa.

En riesgo. El vocero de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Benito Cuenca, lamentó el asesinato de los dos sacerdotes y afirmó que espera que el gobierno realice bien las investigaciones de los crímenes.

Cuenca reconoció que no tienen información sobre lo que estaban haciendo los sacerdotes en Taxco; sin embargo, aseguró que ese gremio en Guerrero está en riesgo por la violencia generalizada que se vive en gran parte del estado.

“Nuestra labor es de riesgo, somos personas públicas, lo que implica estar en una situación de violencia. Cada uno debe tomar las medidas necesarias para resguardarnos y resguardar nuestra integridad física”, consideró el vocero.

La Arquidiócesis de Acapulco exigió una investigación pronta para esclarecer el móvil del crimen de los dos sacerdotes.

Este no es primer caso donde matan a sacerdotes en Guerrero. En 2014 fue asesinado Jhon Ssenyondo, en Chilapa, quien fue encontrado en un fosa clandestina y las autoridades responsabilizaron al grupo delictivo Los Rojos.

Ese mismo año, en Altamirano, en la Tierra Caliente, asesinaron al sacerdote Gregorio López, quien tras ser reportado como desaparecido fue localizado muerto en una carretera.

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