Desde pequeño, Osvaldo tenía un sueño: festejar sus XV años como lo habían hecho sus hermanas: con un vestido largo, maquillaje y una fiesta en la que no faltara el vals ni chambelanes. Este 2019 al cumplir sus 16 años y con el incondicional apoyo de su mamá y hermanos, el joven, oriundo de Cuernavaca, Morelos, pudo hacer realidad ese sueño; sin embargo, el camino para lograrlo no fue sencillo.

“Decidí abrir un canal de YouTube para subir un video, contar mi historia a la gente y explicar la razón por la que quería hacer una fiesta vestido de niña (…) pero en cuanto subí el video empezó el bullying en la prepa”, relató Osvaldo en entrevista con EL UNIVERSAL.

Contó que durante mucho tiempo se convirtió en blanco de bromas y burlas entre sus compañeros, quienes le hicieron memes y lo molestaban constantemente por manifestar su deseo de tener una fiesta de XV años tradicional.

“Fue un momento muy complicado, y aunque en el momento me bajaban la autoestima, no dejé que me derrotaran”, expresó el estudiante de bachillerato.

Los preparativos tampoco fueron fáciles. Osvaldo señaló que cuando realizó la búsqueda de un salón para su fiesta, muchos se lo negaron: “Cuando les contaba cómo quería hacer mi fiesta, con el vestido y todo, simplemente me decían que no”, razón por la cual él y su familia optaron por hacer el festejo en su casa.

El joven asegura que el respaldo total de su madre y hermanos fue crucial; ellos lo apoyaron y ayudaron con la organización desde el primer día, lo que le permitió planear la celebración con la misma ilusión que guardaba desde que era niño.

“Mi familia sabía que era mi sueño, cuando era chico mi mamá me enseñaba fotos y videos de las fiestas de mis hermanas y me daba emoción. Cuando estaba solo, me ponía vestidos de mis hermanas y bailaba”, narró Osvaldo, quien se compró dos vestidos para la ocasión, uno para la sesión de fotos y otro para la fiesta.

Mientras el día de la fiesta se acercaba —el 27 de abril—, los problemas no cesaban. El grupo de chambelanes —que comenzó siendo de ocho— poco a poco iba disminuyendo. “La mitad de los chambelanes se dejaron llevar por los comentarios de la gente y por el qué dirán, y a un mes de mi fiesta se fueron. Me afectó mucho, pero al final logramos sacar la coreografía con los cuatro que quedaron”, relató.

La mañana del día de la fiesta, Osvaldo hizo a un lado las críticas y los comentarios negativos, se puso su vestido turquesa con lila, se realizó un maquillaje profesional, se puso extensiones en el pelo y se dispuso a vivir ese gran sueño que tenía desde que tenía memoria: su fiesta de XV años.

Lo que no esperaba es que su fiesta, que se suponía sería de 150 invitados, terminó contando con 600 personas, pues de alguna forma su invitación se viralizó entre los estudiantes de su escuela y los vecinos de la colonia, quienes no dudaron en asistir a ver lo que Osvaldo tenía entre manos.

“Yo salí tapado por una bandera gay grande, y cuando me asomé, todos se sorprendieron. Nunca habían visto a un hombre hacer su fiesta de XV años como mujer, podía ver el asombro en sus caras”, recordó Osvaldo.

La casa del festejado estallaba de gente a tal grado que tuvieron que cerrar la calle.

La coreografía que tanto había ensayado con sus chambelanes salió a la perfección e incluso se convirtió en el momento favorito de la noche. La fiesta fue un éxito, pero para Osvaldo lo más emocionante fue lo que vino después.

“Me di cuenta que el hacer mi fiesta así, tan yo, tan libre, hizo que mucha gente se sintiera inspirada y empezara a abrirse y a ser más como son en verdad. Tanto vecinos como compañeros. Ahí descubrí que ese es mi propósito”, afirmó.

El joven morelense se define como abiertamente homosexual y rechaza que busque cambiar de género: “No quiero ser trans ni operarme para ser mujer ni nada, simplemente quería hacer mi fiesta así, era mi sueño, sólo eso”.

Después de su fiesta, aunque algunos compañeros siguieron haciéndole bullying, Osvaldo decidió que no les daría importancia, y que, por el contrario, seguiría siendo como es y llevaría su mensaje de autenticidad y amor propio a la mayor cantidad de gente posible.

Esto lo llevó a coronarse recientemente como “la primera reina gay” de su colonia, y a decidir que cuando cumpla 18 año, volverá a hacer una fiesta “con vestido y todo”.

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