Cancún, Q. Roo.- Inmerso en una polémica judicial desde el 2015, que sigue vigente, el grupo RIU confirmó el inicio de las obras del hotel Riviera Cancún, ubicado en la Tercera Etapa de la zona turística, en Punta Nizuc , zona altamente vulnerable al cambio climático.

El proyecto hotelero, que inicialmente fue rechazado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) , ha sido fuertemente cuestionado desde que tramitó la primer licencia de construcción ante el gobierno del entonces alcalde de Cancún, Paul Carrillo de Cáceres (2013-2016), que le otorgó permisos urbanos para obra nueva, sin que la empresa española cumpliera con el requisito de presentar las autorizaciones ambientales como lo establecía el Reglamento de Construcción.

Dicho reglamento fue reformado en el siguiente trienio, con el edil, Remberto Estrada, a la cabeza de la administración, acusado también por favorecer a la cadena española.

La autorización de impacto ambiental que la firma ibérica obtuvo de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) , en diciembre de 2015, desestimó la opinión técnica de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), que advirtió que Riu había falseado información, al negar que en el predio hubiese manglar y que pidió negarles el permiso solicitado.

Tanto la licencia de construcción, como dicha autorización de impacto ambiental, omitieron considerar el resultado de los estudios que la Secretaría de Turismo (Sectur), encargó en 2014 al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para medir el grado de fragilidad de los destinos turísticos mexicanos a los efectos del Cambio Climático.

El estudio correspondiente a Cancún, reveló que Punta Nizuc es una zona altamente vulnerable al aumento del nivel medio del mar.

La intención de Riu por desarrollar sus 530 habitaciones bajo el sistema all inclusive, provocó una ola de amparos, demandas, protestas y un largo proceso judicial, que no ha concluido.

Con el arranque del 2020 se abrió un nuevo capítulo de esa misma historia. El ocho de enero pasado, la cadena española, que tiene como filial en México a RIUSA II, obtuvo del ayuntamiento de Benito Juárez, presidido por la alcaldesa, “Mara” Lezama, una nueva licencia de construcción con número 76231, sobre el mismo proyecto, que poseía una licencia de construcción expedida por el gobierno anterior.

Ese permiso de construcción, con número 72671 -expedido el 02 de agosto de 2017, con vigencia al 02 de agosto de 2019- junto con la autorización de impacto ambiental que otorgó el gobierno de Enrique Peña Nieto, a través de la Semarnat, en diciembre de 2015, se encuentran judicializados ante la Sala Especializada en materia ambiental y de regulación del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

El 17 de septiembre del 2019, la Sala Constitucional del Poder Judicial de Quintana Roo sobreseyó el recurso en contra de la licencia de construcción 72671, pues su vigencia había concluido y, por tanto, el juicio quedó sin materia.

Al vencerse la vigencia de esa licencia de construcción la empresa estaba en posibilidad de tramitar una prórroga, al 02 de febrero de 2020, pero ello hubiese motivado la reapertura el juicio y, para evitarlo, tramitó una licencia nueva, con nuevo folio y nueva vigencia, respecto a la misma obra.

Para emitir esa licencia de construcción 76231, el gobierno municipal -a través de la Direccion General de Desarrollo Urbano- tomó en consideración la autorización de impacto ambiental expedida por la Semarnat, resolutivo que aún es materia de juicio ante la Sala Especializada del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y, por tanto, no puede, ni debió invocarse para promover nuevos trámites ante otras autoridades.

Sin embargo, la licencia fue expedida con vigencia al 8 de enero de 2022 y tuvo un costo de cuatro millones 237 mil 065 pesos.

El proyecto consiste en un hotel de siete niveles y una torre de 16 niveles con 530 habitaciones en total, áreas recreativas, cuatro piscinas, miniclub, dos bares acuáticos, vestidores, toalleros, zona de recepción, restaurantes y servicios, área de albercas y sótanos de estacionamiento, en 63 mil 024.15 metros cuadrados.

Desde ayer, MX RIUSA II instaló, en sus terrenos, el campamento con la maquinaria y el personal para comenzar los trabajos en la zona conocida como Punta Nizuc. En redes sociales se dio cuenta de que el predio fue rápidamente desmontado y que en el sitio habia personal presuntamente armado custodiando las obras.

La empresa afirmó que la construcción del polémico hotel está “apegado completamente a derecho”, al haberse cumplido todos los requerimientos de carácter municipal, estatal y federal. También negó que su personal porte armas.

“Respecto de los procesos jurídicos que en algún momento obstaculizaron la realización del proyecto turístico, estos quedaron sin efecto una vez que los fallos de las instancias correspondientes resultaron a favor de MX RIUSA II”, sostuvo, omitiendo que está pendiente el juicio vinculado con la autorización de impacto ambiental.

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