El 20 de enero pasado, Miguel Alberto Lozano Cuellar , un ingeniero en electrónica de 32 años, acudió a una cita de trabajo junto con dos de sus empleados y los tres fueron privados de la libertad por sujetos armados ; los empleados fueron torturados y posteriormente liberados, mientras que Miguel Alberto continúa desaparecido.

Ayer, sus familiares y amigos, junto con los de Rafael Picaso , un obrero de 39 años que fue sacado a la fuerza de su vivienda por sujetos armados el pasado 28 de noviembre en Tlajomulco, marcharon desde la glorieta de La Minerva hasta Casa Jalisco para exigirle al que ambos sean localizados con vida.

Los hermanos de Miguel Alberto explicaron que éste recibió una llamada para solicitarle la instalación de 12 cámaras de vigilancia en una finca, pero quienes le ofrecieron el trabajo lo citaron en una gasolinera de la carretera que va hacia Amatitán y ahí lo privaron de la libertad.

Según las versiones de los trabajadores que iban con él, los captores los separaron para golpearlos y reclamarles por la instalación de un cerco electrificado, pero aseguraron que hace más de un año que no hacían ese tipo de trabajos.

La familia de Miguel Alberto señalo que en la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas les han dicho que están rebasados, por lo que exigieron al mandatario estatal que dote de más recursos a esa dependencia para que puedan realizar su trabajo.

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“Lo que vemos es que están trabajando, pero esto va más allá, están sobrepasados, esto es alarmante, no solo es gente involucrada en lo malo la que está desapareciendo, es gente inocente”, señaló Gabriel, el hermano mayor.

Indicaron que la realidad en Jalisco es muy diferente a la que anuncia el gobernador cada vez que sale a anunciar que los índices delictivos van a la baja.

Por su parte, la familia de Rafael Picaso indicó que desde el 28 de noviembre que desapareció la Fiscalía no ha presentado ningún avance del caso.

Su hermana indicó que un testigo vio cómo sujetos encapuchados forzaron la puerta de la casa de Rafael para entrar y sacarlo por la fuerza y llevárselo en una camioneta.

“Trabaja en una fábrica de colchones, no tiene vicios, no anda en malos pasos, no sabemos por qué se lo llevaron, necesitamos apoyo, que no nos dejen solas”, señaló.

Tras la manifestación, a través de un breve comunicado la Fiscalía del Estado señaló que sigue trabajando en el caso de Miguel Alberto, pero no mencionó nada sobre la desaparición de Rafael.

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afcl

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