Chilpancingo.- Por lo menos ocho asesinados, cinco heridos y dos mujeres desaparecidas fue el saldo de enfrentamientos entre presuntos integrantes de la organización criminal la Familia Michoacana y pobladores del ejido Los Guajes, en la sierra del , en la Tierra Caliente, en Guerrero.

Pobladores del ejido denunciaron que desde muy temprano hombres armados irrumpieron en la comunidad de Hacienda de Dolores. Los habitantes se defendieron y comenzaron los enfrentamientos.

Los enfrentamientos se registraron en la comunidad, en los cerros y en los caminos que conducen al poblado.

De acuerdo al relato de uno de los pobladores, los criminales tomaron como rehenes a mujeres y niños para poder huir.

En la huida, denunciaron, se llevaron a dos mujeres, mientras que en las calles del poblado y en los caminos quedaron los cadáveres de los presuntos criminales.

Los integrantes de la Familia Michoacana intentaron ingresar a otras comunidades como El Zapote y El Pescado.

Javier Hernández, secretario técnico del ejido Los Guajes, denunció que desde el pasado domingo los integrantes de la Familia Michoacana les bloquearon uno de los dos caminos que tienen y los han estado amenazando de atacarlos.

Este jueves, los criminales cumplieron su amenaza. A través de un video que difundieron en redes sociales, un grupo de mujeres de la comunidad de El Pescado pidieron auxilio ante la amenaza de que hombres armados ingresaran el pueblo.

"Aquí estamos niños y mujeres ya que ellos (los crimínales) se apoderaron de Hacienda de Dolores, ya se apoderaron de las mujeres y nos amenazan de que habrá balazos hoy, mañana, todos los días", dice una mujer en el video.

En el video se ven como están una anciana en silla de ruedas, mujeres y niños que están llorando.

Hasta las 2 de la tarde, a la comunidad de El Pescado llegaron militares en un helicóptero para resguardarlos.

Este nuevo capítulo de violencia en la Sierra de Coyuca de Catalán comenzó dos o tres años atrás cuando el precio de la goma de opio se desplomó, dejó de ser rentable y todos —pobladores y criminales junto con empresarios— miraron al mismo lugar casi al mismo tiempo: a los bosques, a la madera.

Todos buscaban sustituir lo que obtenían con los cultivos de la amapola. Cada quien lo hizo a su forma. Los pobladores consiguieron un permiso de aprovechamiento forestal sustentable. Los criminales optaron por la clandestinidad.

En 2016 las autoridades ambientales otorgaron a los pobladores un permiso para aprovechar 3 mil 700 metros cúbicos de madera por año. El ejido cuenta con 18 mil hectáreas, 40 por ciento es zona forestal. Al inicio el proyecto estaba pensado para que las ganancias por la madera se invirtieran en mejoras en las comunidades, sobre todo en la introducción de la luz eléctrica.

En 2019, aceleraron la implementación del proyecto, el fentanilo —una droga sintética de bajo costo—, desplazó al opio en los Estados Unidos y el precio de kilo de goma pasó de 30 mil a 6 mil pesos.

El 15 de enero de ese año, arrancó el aprovechamiento del bosque; duró muy poco, unos meses. El 30 de marzo del 2020, hasta su campamento hombres armados con Ak-47 y R-15 llegaron a bordo de camionetas y cuatrimotos, escoltados por tres Hummer del Ejército, según lo registraron los pobladores. Los obligaron a abandonar el campamento y se apropiaron de sus máquinas, herramientas y del combustible.

Ese día, no sólo se terminó el nuevo proyecto, sino también la tranquilidad en Los Guajes.

afcl/nv

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