Aunque disminuyeron las hectáreas coloreadas por los tonos naranja, magenta y blanco de las flores de cempasúchil, mano de león y nube que inundan los sembradíos de la comunidad de Doxey, en Tlaxcoapan, Hidalgo, el Día de Muertos no se dejará sepultar por la pandemia de Covid-19.

Los campos Del Valle del Mezquital, en la zona de Tula, lucen —entre octubre y noviembre— los colores de las flores que adornan las ofrendas, pero esta vez es diferente. En 25 años que los productores llevan en el cultivo de las flores, por primera vez, han tenido que sembrar menos.

En Doxey, alrededor de un centenar de agricultores sembraban en esta época al menos 30 hectáreas de flor, pero el cierre de panteones, la cancelación de celebraciones, como el Xantolo y las ofrendas gigantes en Pachuca, modificaron la siembra.

Covid no sepulta al Día de Muertos
Covid no sepulta al Día de Muertos

En años anteriores, era normal que la gente acudiera a esta comunidad para llevarse toda una experiencia, ya que al comprar una flor se podía caminar entre la milpa para escoger la mejor, mientras se tomaban fotos.

Sin embargo, ahora la venta se realiza  bajo un protocolo de sanidad, en el que se debe utilizar gel antibacterial, cubrebocas y comprar a pie de carretera, debido a que no se permitirá el ingreso a la cosecha.

Además, para paliar un poco la crisis se ha dispuesto de una plataforma en línea en la que los campesinos difunden  sus flores con sus respectivos precios.

Humberto Juárez Hernández es uno de los productores de Doxey y señala que algunos panteones en esta región, que se ubica en la zona sur cerca de Tula, sí estarán abiertos y permitirán que sólo dos personas ingresen al cementerio, a fin de disminuir los riesgos de contagio.

Covid no sepulta al Día de Muertos
Covid no sepulta al Día de Muertos

“Los clientes, desde la orilla de las milpas, nos dicen cuántas brazadas quieren de la flor de su preferencia”, refiere.

Sobre la venta en línea, considera  que los visitantes prefieren acudir a los campos, pues ahí se toman fotografías y escogen sus flores, algo que la tecnología no ha podido suplir.

Sergio Hernández también tiene un sembradío de cempasúchil y explica que, con o sin pandemia, tienen que trabajar, por lo que esperan que salga la venta. Sin embargo, sí se nota una baja en la venta al mayoreo.

Añade que en el lugar se puede comprar la cantidad de flores que se quiera desde 20 pesos, hasta cientos de manojos. Uno de ellos equivale a una porción de un metro de lazo y se encuentra a la venta en 60 pesos.

Durante tres meses y medio, los campos son sembrados con flores; el resto del año sirven para cosechar maíz, frijol y alfalfa.

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