Alfredo Rivera

es un comerciante sonorense que se dedica, desde hace 40 años, al negocio del nopal y así poder mantener a su familia; sin embargo, debido a la contingencia sanitaria que aqueja al país, no ha podido vender casi nada de su producto en Hermosillo.

“Es muy difícil poder vender, porque las calles están vacías. Para nosotros es duro porque vivimos al día y no contamos con otros recursos, por eso batallamos mucho”, comentó Judith, esposa de Alfredo en una entrevista telefónica con EL UNIVERSAL.

La sonorense explicó que la situación por la que pasa su familia ha sido difícil, ante la desconfianza que manifiestan los vecinos de la localidad. “Hemos estado pasando por dificultades, porque la gente no quiere salir y tampoco quiere tener roce o contacto con otras personas. De igual manera, como algunas personas de la localidad no están trabajando, tampoco cuentan con ingresos para que nos puedan comprar”.

Judith detalló que el costo de los nopales por kilo es de 30 pesos y son trasladados por Alfredo a través de su moto, con los protocolos de higiene correspondientes. “Los nopales los damos a 30 pesos el kilo. Mi esposo se encarga de llevar los pedidos en su moto y lleva consigo un cubre bocas, jabón para manos, agua para enjuagarse y gel antibacterial, que servirá para evitar el contagio y que las personas se sientan seguras al recibir su entrega”.

Debido a la poca demanda que han tenido en las ventas, Alfredo creó una página a través de Facebook con el nombre de para poder llegar a más personas y así conseguir clientes; sin embargo, no han tenido la suerte esperada. “Mi esposo tuvo la idea de hacer una página mediante Facebook para poder llegar a más personas y así poder vender el producto. Desafortunadamente ha tenido poca respuesta”, agregó.

Asimismo, Judith expresó la preocupación por la que pasa su familia en estos momentos, ya que su hijo tiene el síndrome de Sanfilippo y ella padece de enfermedades crónico-degenerativas. “Tengo un hijo de 21 años, se llama Joel y tiene capacidades diferentes. Él tiene el síndrome de Sanfilippo, es por eso que nos encargamos de cuidarlo para evitar que tenga complicaciones; aparte de que yo soy diabética, hipertensa y asmática; así que somos muy vulnerables y corremos un alto riesgo en poder contraer el virus”.

Finalmente, la sonorense destacó que su esposo lleva décadas atendiendo el negocio y espera que pronto todo cambie en favor de ellos. “Mi esposo tiene alrededor de 40 años trabajando en la venta de nopal y estamos en un momento difícil, esperemos que pronto todo vuelva a resurgir por el bien de la humanidad".

"Vamos a aguantar y a soportar lo más que se pueda y lo que Dios diga”, concluyó.

afcl

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses