Sonora

- Con tristeza los sonorenses recibieron la noticia de la muerte por Covid-19 de la niña con parálisis cerebral, Ximena Pereira , para quien se pedía ayuda económica y oraciones para lograr su recuperación.

La mañana del viernes 20 de agosto, la niña de 9 años de edad, perdió la batalla ante el virus en el Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES).

Karla Moreno, madre de Ximena, comentó que una semana atrás, su hija presentaba problemas de llagas en la garganta, por lo que se le trasladó de Santa Ana de donde son originarias al hospital de Magdalena de Kino.

Hace tres días fue trasladada al Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES) para que recibiera ventilación mecánica a través de un tubo endotraqueal, por condición de salud delicada.

Covid-19 le provocó neumonía a Ximena

Karla y Raúl, padres de Ximena, también dieron positivo al virus, por ello habían solicitado ayuda para los solventar gastos económicos en su estadía en Hermosillo, mientras recibía atención médica la menor.

Con el deceso de Ximena suman siete menores de 0 a 9 años de edad fallecidos por Covid-19 en Sonora.

Hoy se confirmaron 59 casos de coronavirus pediátrico, en 37 niños y 22 niñas, acumulándose 2 mil 541 menores infectados.

La carta del Brigadista que trasladó a Ximena

David Mendoza Iriqui, director general de Brigada del Sol en Magdalena de Kino, quien fue el responsable del traslado de Ximena a Hermosillo, compartió en su Facebook un conmovedor testimonio sobre los momentos que compartió con la niña.

Relató: “Pocas son las veces que en las que mi corazón se hace pequeño ante las traumáticas escenas. Puedo decir que la mayor parte de nuestra formación nos enseñan a superar la muerte, pero somos humanos y por naturaleza divina nuestro corazón responde al noble sentimiento de la empatía”.

"Cuando me llamarotn para que atendiera a la pequeña princesa corrí tan pronto como pude, apenas llegaba de mi trabajo y al día siguiente tenía un viaje a las 4 de la madrugada, sinceramente no me importó el no dormir. Todos teníamos que hacer un sobre esfuerzo para ayudarla.

"Cuando llegué al hospital me acerque a la hermosa princesa y mire como respiraba con dificultad, revisé sus pupilas y mis ojos se llenaron de lágrimas.

"Mi corazón se partió en mil pedazos y no tengo las palabras para describir lo que en mi pecho sentía.

"¿Por qué los niños, Dios mío? Si son sólo almas bondadosas repletas de amor. No pude soportar verla sin que mis ojos se llenaran de lágrimas, con un nudo en la garganta mire a Dangel, y cuando él miro mis ojos supo que las cosas no estaban nada bien y llamé por teléfono a Jesús García quien sin pensarlo aceptó venir ayudarnos.

"Hablé con la mamá de la pequeña y le hice saber la realidad de la situación, pero también le prometí que haríamos todo lo posible por salvar a su hija, mientras un médico le gritaba desde adentro del cuarto de triage que estábamos dando todo por salvarla. Estabilizamos sus signos vitales y garantizamos su ventilación con un dispositivo mecánico, cargamos medicamentos de urgencia y partimos de inmediato.

"Durante el camino no dejamos de trabajar por ella. Pero para nosotros era imposible no tener un sentimiento especial por esta pequeña que nos había robado el corazón.

"Aunque ella estaba inducida a la sedación, Jesús fue el responsable de la ventilación y no dejaba de hablarle y decirle que no se rindiera, que luchara. Yo, por mi parte me reservaba el hablarle porque mi voz quebrada no podía salir, me reservé, además de ir vigilando su estado neurológico a acariciar su hermoso cabello con mis manos para así brindarle un poco de tacto a tranquilidad.

"Dangel se hizo cargo de la circulación y valoraba su presión en su pequeña piernita mientras mostraba gestos con caricias en sus manitas. Fue muy duro para todos.

"Me quedo tranquilo, porque luchamos, nos esforzamos y porque hicimos un gran equipo por ella. Solo por ella, una pequeñita de nueve años que, sin siquiera hacer un solo gesto nos robó el corazón a todos.

"Hoy la pequeña y hermosa princesita partió al reino de los cielos, su pequeño cuerpecito no resistió los estragos de este maldito virus que al final acabó con ella y mientras me daban la noticia mi alma lloraba.

"Yo solo le pido a Dios que a sus padres y familiares les brinde la fortaleza para superar este dolor.

"Sé que a todos nos duele igual, se también que ahora está un mejor lugar: en el cielo no existe el dolor, no existen los tubos, ni las tantas agujas. Dios es bueno, y sé que ahora ella está sonriendo.

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om/lsm

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