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En los años 70, indígenas tzotziles y tzeltales ofrecieron al gobierno varios días de trabajo para construir la carretera San Cristóbal-Palenque, que era una brecha donde solo las bestias y algunos vehículos circulaban, pero años después que la vía fuera asfaltada, los pobladores se fastidiaron de los vehículos que pasaban frente a sus comunidades y fue entonces que procedieron a construir topes, hasta alcanzar hoy en día son más de 386.
El guía de turistas, Germán Huet Álvarez, rememora que en los años 70, los tzeltales y tzotziles de comunidades por donde pasó la carretera, aportaron su contribución y aportaron trabajo gratuito para construir la vía donde los primeros camiones que entraron a la zona eran los de Transportes Lacandonia.
Pero poco a poco, los habitantes de las comunidades se hartaron de los accidentes de tránsito y molestos por las personas que eran arrolladas, decidieron construir los primeros topes que ya son más 390, lo que provoca que el trayecto de 212 kilómetros que debería hacerse en dos horas y media, se haga las seis horas de recorrido.
Hasta el mes de diciembre del 2019, el número de topes que había a lo largo de los 212 kilómetros eran 386 y reducían la velocidad, pero en las últimas dos meses han sido construidos más de siete, con lo que el número casi supera los 260, casi uno por cada kilómetro de la carretera.
En diciembre pasado, el periodista de Palenque , Juan de Dios Lastra, registró con un contador manual, el número de topes que hay en la vía y contabilizó un total de 260 obstáculos; de San Cristóbal a Huixtán, 50; de Huixtán a Oxhuc, 45; de Oxchuc a Ocosingo, 118, y de Ocosingo a Palenque, 40.
Pero con los 133 reductores de velocidad, es decir boyas que instalan en cercanías de comunidades, cruceros y escuelas, son 386.
También contó que en una de las ramificaciones de la carretera número 186 o también conocida como 190, que va del Crucero de Temó a Yajalón, hay otros 48 obstáculos, en un tramo de 34 kilómetros.
Con los datos que aporta Juan de Dios Lastra, en la principal carretera donde circula el grueso del turismo que proviene de Europa, Asia, Estados Unidos y Canadá, hay un tope por cada 500 metros.
Pero el alto número de topes que hay en la vía, se ha convertido en un peligro para el turismo, ya que los topes y reductores de velocidad, son usados por las bandas de asaltantes para atracar a turistas nacionales y extranjeros que viajan en camiones y combis que circulan por la zona.
El tramo más peligroso es el que va de La Gravera , en el kilómetro 100 al entronque a Agua Azul, kilómetro 86, pero de este último punto, los asaltos pueden ocurrir en cualquier tramo hasta llegar a Palenque, principalmente donde se ubican los topes de mayor altura.
Hace unos meses, la Policía Estatal encontró en las cercanías de La Gravera, un punto entre la selva, que servía de operación de una las gavillas donde fueron halladas mochilas, cables de teléfono, carteras vacías y otros artículos que pertenecían a turistas que fueron asaltados.
Aunado a la presencia de topes y reductores de velocidad y las múltiples protestas de indígenas tzeltales del municipio de Oxchuc, entre los años 2015-2018 para obligar a que la alcaldesa María Gloria Sánchez Gómez a que dejara el cargo, obligó a líneas de transporte a abandonar la ruta que iba de San Cristóbal a la península de Yucatán.
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La semana pasada, en las cercanías de Huixtán, un grupo de indígenas mantuvo varios días un bloqueo carretero con el propósito de recaudar fondos para la construcción de más topes, con lo que el número puede rondar en los 400.
Además, los topes que son deteriorados por el peso de los camiones, son continuamente reconstruidos por los habitantes de las comunidades que mantienen restaurantes, tendejones, locales para venta de gasolina, artesanías y otros productos.
Por el creciente número de topes y asaltos, a las empresas turísticas como Nichim, Bonampak, Yaxchilán, Otisa y otras, tuvieron que mover a los visitantes nacionales y extranjeros entre San Cristóbal a Palenque, desde la madrugada, para que puedan regresar a sus hoteles antes de que caiga la noche.
Aunado a los topes, los bloqueos carreteros no se detienen, principalmente en el municipio de Oxchuc, donde los problemas políticos parecen no terminar, por lo que las operadoras turísticas deben hacer la ruta San Cristóbal-Villahermosa-Palenque o Palenque-Ocosingo-Comitán-San Cristóbal, lo que les representa hasta tres horas más de recorrido.
El exobispo de San Cristóbal de las Casas , Felipe Arizmendi Esquivel, declaró que “con tantos topes, no solo se perjudica el turismo, sino la salud y la economía de las mayorías”.
Agregó que la instalación de estos en deberían regularse, “por el bien de las mayorías” e instalarlos “donde sean necesarios, que se pongan”, pero “donde no tengan mayor sentido, que se eliminen o se desvanezcan”.
Pero ni lo uno o lo otro ha ocurrido y por el contrario, con la construcción de los topes de hace unos días, ya son casi 400 los topes y reductores de velocidad que se encuentran en la vía San Cristóbal-Palenque.
shgm
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